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Ya llegué con el microfic de hoy, si encuentran errores por favor avisen plssss
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Día 2 ángel y demonio(?) AU:

Ya había escuchado rumores sobre él. Un 'demonio reformado' decían unos, un 'ángel en decadencia' decían otros, los más conspiranoicos hablaban del 'hijo de un demonio y un humano'.

Lo seguro es, que no era considerado uno de ellos y por eso todos preferían mantener su distancia de él.

En un principio, no le prestó mayor atención a los chismes, pero cuando lo vió por primera vez a lo lejos, se dió cuenta que era imposible no prestar atención a aquel rubio.

Para él, era obvio que no se trataba de un demonio, lo supo al instante.  Ya había tenido un encuentro muy desagradable con un verdadero demonio en su niñez, de allí la cicatriz que tenía en el rostro y de allí también, el estatus que había conseguido.

Ese desafortunado momento de su historia, uno que nadie conocía más que su tutor (nada más y nada menos que el arcángel encargado de los ejércitos) le había marcado, pero también, le había enseñado a distinguir un demonio a primera vista.

Ese ser alado de cabello dorado alborotado, por más diferente que fuera, era un ángel. Claro que no uno cualquiera.

Los demonios no tenían plumas, ese hombre no tenía cuernos y sin embargo, era más que obvia la razón por la que los demás le creían uno y le temían.

Los angeles no tenían alas negras. No, nunca, los más antiguos tenían alas marfil o quizá un leve tono cobrizo pero nunca negras. A pesar de eso, ahí estaba él, con ese hermoso plumaje brillante y levemente tornasolado, tan oscuro como la sombra más profunda en una noche sin luna.

Después de observarlo con sigilo durante varios días, se hacía más claro el porqué los demás lo evadían y hasta le rechazaban. Además de sus exóticas alas, el aro rojizo sobre su cabeza y sus pupilas de fuego, su carácter era tan áspero y explosivo que lo volvía casi intratable.

Quizá hubiese sido mejor mantenerse al margen y no relacionarse con él, sin embargo, él tenía algo que necesitaba, así que se arriesgó a pedirle ayuda, si todo salía bien, quizá su propia peculiaridad y la fama que esta le había dado, le ayudaría a convencerle de ayudarle, si no, no tenía nada que perder.

-Hola- saludó colándose en el sector de entrenamiento del rubio.  Un sitio bastante apartado del sector habitado del cielo.

Estaba atardeciendo, a esa hora, los demás angeles terminaban sus labores del día y se dedicaban a sus asuntos personales o al descanso.
No era el caso de aquel, que si sus observaciones eran acertadas, empezaría con sus ejercicios diarios después de sus multiples labores de servicio.

Por su parte, sus deberes y entrenamiento especial también habían acabado por el día y aunque se encontraba cansado por el arduo entrenamiento militar y de estrategia, había decidido no postergar más su encuentro.

A su modo de ver, ambos eran parecidos. Ninguno de los dos era considerado 'normal' pero por diferentes razones. La suya, le beneficiaba a los ojos de los demás ángeles de bajo rango, su 'diferencia' le había conseguido un puesto justo debajo del arcángel más importante de la región, era un hecho que sería su sucesor, para eso estaba siendo formado desde pequeño. Mientras que las extrañas alas del rubio, aunque rebajaban su categoría hasta casi la servidumbre, también le permitían más independencia y su aura peligrosa, le daba mayor privacidad y libertad, ya que nadie se atrevía a tomarlo como sirviente.

Cuando se dió cuenta de su presencia, el rubio frunció el ceño y lo miró con desconfianza por un instante, como tratando de adivinar el porqué de esa extraña 'visita'. Cuando no pudo intuir la razón preguntó.
-Que diablos quieres niño bonito- espetó bajando la mirada con desdén por toda su figura y volviendo a su rostro con un gesto de pocos amigos.
-¿Por qué el futuro arcángel viene a fastidiarme? ¿Quieres pavonear tus torpes alas?- preguntó seco.

TodoBakumonth [Microfics y HCs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora