Capítulo 9.

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— NARRA AUTOR —

Vic tomó la mano del pelinegro, sin despegar sus ojos de él y entrelazó sus dedos.

—Escucha... —habló Kellin, acariciando delicadamente la mano de Vic— estuve pensando, demasiado, ¿sabes?, y todavía no encuentro una razón sobre lo que pasó hoy en el parque. No es que me haya molestado, pero no logro entenderlo —confesó.

—Um... —el castaño bajó la vista, arrepentido—, no hay una razón exacta, es solo que...

Dejó de hablar, conectándose nuevamente con los ojos de su amigo, y sintió una inmensa necesidad de tenerlo cerca.

Kellin, por su lado, comenzó a sentirse un poco nervioso cuando Vic observó sus rosados labios.

El moreno se acercó, un poco dudoso; posó una mano en la mejilla del ojiverde y no lo pensó dos veces. Aprovecharía la oportunidad que ha estado esperando.

Cerró sus ojos, y al segundo juntó sus labios, en un corto y dulce beso. Temiendo que este lo rechazara, se alejó lentamente, observando a Kellin en un completo estado de shock, con los labios entre-abiertos y la respiración pesada.

—Creo que ya tienes una razón, Kellin —vic sonrió tímidamente, con el corazón latiendo a mil por hora, y entretanto Kellin le devolvía la sonrisa, saliendo de su pequeño trance.

Sin embargo, no iba a terminar así.

Kellin colocó las manos en la nuca del castaño y le plantó un beso, mientras que Vic las colocaba en su cintura, y movían sus labios a un ritmo lento. Sintieron como si solo existieran ellos y nadie más.

Solo Vic y Kellin.

Y en ese instante, Vic pensó que sus labios encajaban perfectamente con los del ojiverde.

Comenzaron a quedarse sin oxígeno, dicho esto se separaron, juntando sus frentes. Se observaron el uno al otro, con una conexión más que especial.

Era definitivo, los dos se gustaban, y hasta ahora podían confirmarlo.

En ese momento, no eran necesarias las palabras, el silencio los reinaba... pero era un  silencio agradable. Solo se oían sus respiraciones tratándo de ser controladas.

Si hace una semana atrás les hubieran dicho que ahora estarían así, no se lo creerían ni que estuvieran locos.

Miles de pensamientos atormentaban la mente de Kellin. Recuerdos imborrables de relaciones pasadas, y amores no correspondidos, que solo eran basados en dolor, lágrimas y malos momentos.

Sin embargo, él no permitió —por primera vez— que su pasado arruinara algo que lo hacía sentir bien. Sería valiente, y saldría adelante.

Se preguntarán por qué, ¿cierto?, pues, porque Kellin siente que Vic realmente vale la pena.

En tan pocos días ha logrado tanto... había perdido la fé en encontrar a alguien que se interesara en él realmente.

Por otro lado, Vic nunca había sentido la sensación de un corazón roto, ya que nunca se enamoró. ¿Será la suerte? Supongo que jamás lo sabremos. Lo único que Vic sabe, es que de a poco, descubre cosas en el ojiverde que no había encontrado en nadie más.

Lamentablemente, los momentos hermosos no duran para siempre.

Alguien tocó la puerta de la habitación, seguida de una voz masculina preguntando por Vic.

—Hermano, Mamá está al teléfono, ha dicho que quiere hablar contigo —Vic escuchó atento, para luego cerrar fuertemente sus ojos y morder su labio inferior—, ¿estás ahí?

—Bien, solo dame un segundo —respondió Vic a su hermano, mientras se levantaba de su lugar, invitándo a el pelinegro a seguirlo.

—Creo que debo irme —anunció Kellin, un poco incómodo por la situación.

—Oh, umh, vale... —Vic se rascó la nuca, él no quería que se vaya— adiós.

El castaño no estaba seguro de lo que iba a hacer, pero lo hizo. Se acercó a Kellin, juntando sus labios por tercera vez consecutiva. Solo fue un pequeño roce de labios, que se sentía como el mismísimo cielo para él.

Kellin se sonrojó un poco, así que solo le dedicó una sonrisa y se retiró de la habitación, no sin antes decir un pequeño «adiós».

Vic observó como se marchaba, y segundos después llevó los dedos a sus labios, no podía creer que se habían besado ¡tres veces!

Mike entró a la habitación, y rió al encontrar a Vic en ese estado, para luego pasarle el teléfono en el cual su madre se encontraba en el otro lado.

Kellin caminó lento hasta su casa, quería pensar en todo lo que había pasado unos minutos atrás.

Él solo iba a disculparse —que igualmente no hizo— y terminaron besándose. Y lo mejor de todo fue, que realmente lo disfrutó... todavía podía sentir el sabor de Vic en sus labios.

—-—-—-—-—

¡Holaaaaa!

Perdón por haber tardado más de lo normal en actualizar, la semana pasada estuve un tanto ocupada. Por ese motivo decidí publicar el capítulo 8 y 9 casi juntos (sólo un día de diferencia).

Se besARON SDFGHJKL ♥ ¿Acaso no son lo más tierno del mundo?

Para las que leen las notas: voy a comenzar a hacer algunas preguntas, simplemente para conocernos más (?

Pregunta: ¿De dónde son?

Yo soy de Argentina :)

Voten y comenten que les pareció el capítulo, gracias por leerme.

I'll soon forget the color of your eyes » kellic quentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora