Salto de fe

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Irina

Al salir del edificio de Pascual tengo a Lucas esperando en la entrada. Sin articular palabra me toma del brazo y me sube a la moto. Estoy tan cansada que no puedo protestar o hacer preguntas, solo me dejo llevar.

(…)

Llegamos a las rampas de skate y están Paula, Sofía, Dalia toda acaramelada con Dante y otros chicos que no conozco. Todos están bebiendo vodka y patinando. Estoy muy agotada pero no por eso voy a dejar de integrarme, varios tragos después ya me quiero lanzar de una rampa en skate. Lucas intenta detenerme porque sabe el golpe que voy a dar, pero eso no me frena. Le pido el skate a una de las chicas que no conozco y me voy a la rampa. Paula me da algunas instrucciones que no entiendo y desesperada por una clavícula rota me lanzo al vacío.

El equilibrio me dura una décima de segundo y ruedo rampa abajo mientras la skate va y vuelve sola por la rampa. Por suerte solo termino con varios golpes y un ataque de risa. Lucas se cabrea y me lleva a casa de Paula -mejor porque ya quería dormir. Subo a la azotea para despejar el vodka que se me subió demasiado rápido antes de dormir.

(…)

Al día siguiente Paula y yo nos levantamos tarde, hacemos un desayuno bien cargado y nos ponemos a limpiar la casa. Al final del trabajo nosotras teníamos más agua que el lugar porque la batalla fue legendaria. Luego de bañarme y descansar un rato tomo algunos folios que me debo aprender y subo a la azotea; ya casi no hay sol así que debo darme prisa. Estoy muy concentrada en los papeles cuando cae una piedra a mi lado y luego otra en mis piernas. Por supuesto no podía ser otro que Pablo que está en el borde de su azotea mirando como estudio frenéticamente. Me saluda agitando la mano y yo devuelvo un saludo igual.
Cuando estoy a punto de marcharme Pablo saca un folio y lo dobla en forma de avión y me lo lanza. Hace una seña indicándome que lo lea y se va a su casa. Luego de la cena desdoblo el avión y me encuentro un mensaje muy peculiar:

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Después de media hora de traducción encontré el mensaje lógico que decía:

Me debes algo. Quiero mi pago hoy. Te espero en la azotea.

Planeo asistir a la cita, pero tengo que darle algo de su mismo nivel. Papel, lápiz en mano y vamos a elaborar el mensaje de rayas y puntos:

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(…)

Sobre las 12 subo a la azotea y está Pablo en su posición estratégica. Me acerco con mucha distinción y me siento frente a él, saco mi hoja de papel, la doblo en forma de avión y se la lanzo. Me siento muy segura de que no entenderá nada de lo que he escrito, pero luego de un par de vistazos a la nota se hecha a reír.

- Es increíble cómo me robas las ideas meretriz jajajajajajaja.

Me siento orgullosa porque no sabe lo que he escrito o eso me creo yo. Él continúa diciendo:

- Lamento que hayas pasado una hora intentado descifrar mi mensaje.

Eso me da rabia porque se ve que es todo un entendido del tema y no pude pillarlo.

- No lo lamentes ahora se Morse y no fue un robo de ideas, fue un intercambio cultural.

Pablo se queda un rato pensando y ya mi curiosidad es demasiada:

- ¿Para qué querías verme? ¿Cuál es mi deuda?

- ¡Pero ya no lo recuerdas!, que mala memoria.

Lo miro extrañada porque no creo que se refiera a mis calcetines y como si supiera lo que pienso me suelta:

- Son los calcetines, pero quiero que me pagues de otra forma. Necesito que sigas mis instrucciones y con suerte tendremos otro "intercambio cultural" y yo unas puntas sanas.

Ahora entiendo todo, quiere que corte su cabello, pero para eso tiene que cruzar hasta aquí y ya no serían sus instrucciones - o acaso quiere otra cosa. Mientras hago ese pequeño análisis Pablo ha sacado, no sé de dónde, una mini pizarra. Pide mi atención con un gesto y comienza a escribir varios mensajes:

PASO#1: por favor busca tus tijeras (es que yo no tengo O :-))

Luego de buscar las tijeras ya Pablo tiene otro mensaje para mí:

PASO#2: vas a saltar

- ¡¿Qué?!! No, imposible. Lo siento, pero no me voy a suicidar esta noche.

- No quiero que te mates, solo quiero que des un salto de fe. Por favor deseo mi corte de pelo. Además, me lo debes.

Usa psicología para convencerme de una locura, me chantajea, es como si supiera que odio las deudas. Me vuelve a escribir:

PASO#2.1: párate junto a la escalera.

PASO#2.2: quítate los calcetines.

- Un momento. ¿Por qué los calcetines?

Y escribe la respuesta: calentar el corazón, ¿recuerdas?
Asiento y me quito lentamente los calcetines sin que Pablo quite sus ojos de mí y al lanzarlos escaleras abajo no sé porque siento esto como un acto erótico.

PASO#2.3: toma impulso y salta.

Estoy muerta de miedo, pero no voy a detenerme, el suelo está helado, veo demasiado grande el abismo, pero no me detendré. Mentalmente cuento hasta tres y salto al otro lado. Al oír los aplausos de Pablo la verdad casi no me lo creo. Sonrío de forma tonta y con orgullo mientras él escribe en la pizarra:

PASO#3:

Se acerca a mí me toma de la cintura y me pone muy cerca de él, mis ojos quedan directos en su boca. Pasa una mano por mi espalda, llega a mis bolsillos traseros y yo solo admiro como el aro de metal aprieta sus labios. De pronto pone el mango de la tijera entre nosotros y apoyándolo en mi boca dice:

- Pasó número tres por favor corta las puntas de mi pelo.

Salgo del trance en el que estaba, tomo las tijeras y me pongo en plan ama del cabello. Le doy la vuelta, suelto su coleta y con gran maestría (según mi criterio) quito todas las puntas abiertas y emparejó el pelo. Al terminar me pongo a trenzarlo mientras hablamos de nuestras cosas. Ya sé que no tiene padres, que tiene 20 recién cumplidos, estudia idiomas y trabaja de lavaplatos en tres cafeterías diferentes. Vive con su tía y tiene un gato llamado Paper, porque de pequeño le hacía estornudar. Luego de casi contarnos nuestras vidas son las 3 am y vuelvo a saltar con fe el abismo para irme a dormir.

Fuera de casa (EN PROCESO) ACTUALIZACIONES LOS LUNES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora