Pov Mikasa
Baje las escaleras lo más rápido que pude, mientras rogaba que aquel sujeto no me atrapara.
¿Quién diablos era? ¿Por qué me seguia? Joder.
Corrí por los pasillos de la universidad y me encerré en un salón. "mierda a este paso ese psicópata me matará" susurre con un hilo de voz sin dejar de ver la puerta principal.
Me quedé en completo silencio por unos minutos, mientras sentía mis manos sudar y mi respiración agitarse.
¿Cómo llegué a este punto?
Hoy era un día normal al igual que cualquier otro, vine a estudiar y me quedé en la biblioteca para unas clases extra, con el objetivo de ignorar al estúpido de mi novio, pero ahora terminé siendo asechada por un loco.
Que gran suerte Mikasa.
Me acerque sigilosamente a la puerta y presione mi cabeza contra ella para oír mejor lo que sucedía detrás.
Los pasos de aquel sujeto encapuchado se oían cada vez más lejanos, supuse que se marchó al fin y dí un largo suspiro.
- Bueno almenos ya tengo una buena excusa que darles a mis padres - pronuncie en voz alta antes de ver como la puerta era destruida de una sola patada.
Era él.
Se acercó lentamente hacia mí, sin dejarme ver su rostro y me aprisiono contra un pupitre.
Quize empujarlo y escapar pero de un momento a otro sentí mi cuerpo perder fuerzas.
El hijo de puta me puso un paño en la boca y su sonrisa fue lo último que vi antes de perder la conciencia.
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" ¿por qué no sólo lo dejas y vienes conmigo?" "te quiero solo para mí, ¿es tan difícil que lo entiendas?"
- ¿Qué? -
Abrí los ojos con dificultad sintiendo un inmenso dolor en mis brazos y piernas.
Estaba atada en una puta habitación oscura.
- ¡Hijo de puta! ¡SACAME DE AQUÍ! ¡Enfermo de mierda! - intente liberarme y mover mis brazos pero todo estaba atado tan jodidamente bien, que era imposible para mí quitarmelo de encima.
- Me alegra que despertaras cariño, creí que dormirías hasta mañana-
Mi corazón se detuvo al oir esa voz.
¿Qué mierda?
- ¿Qué haces tú aquí? - pregunté totalmente perdida.
¿Él? ¿Qué es todo esto?
¿Por qué Levi me haría esto? ¿A mí?
- Te extrañe tanto... - susurro acariciando mi mejilla con una mirada sumamente tétrica.
- No me toques, joder. - aparte mi rostro rápidamente y él solo sonrió.
