restaurante óptimo

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Decidimos probar nuestras poco apetecibles comidas. Por alguna razón la hamburguesa de Niall tenía pan, pero el interior no parecía carne cocinada.
Nos dieron patatas fritas para compañar las comidas y eran más aceite que otra cosa.
Mi cerebro de oveja era según Niall, un plato tradicional. Pero yo no recordaba haber comido eso alguna vez en la vida. Sabía todo mal, excepto el agua embotellada.

Aun así estaba siendo de las mejores noches de mi vida. Ya se hicieron las nueve, quería estar en casa a las diez para contarle un cuento a mi hermano antes de que durmiese.
-Mejor no pidamos postre- afirmó tras escupir un trozo de algo no identificable que estaba en el pan.
-Qué buena idea Horan, voy al baño- se levantó colocándose la camisa
-Te acompaño- me quedé roja. Éramos los únicos clientes del establecimiento junto a tres ancianos. Qué verguenza.
-Eres demasiado atrevido- le di un pico delicadamente.
Fui al baño sola y me miré en el espejo antes de salir. Me retoqué el moño y el uniforme. Se me había olvidado que aun llevaba puesto el uniforme y que iba a ser por última vez.
Salí del aseo y estaba Niall apoyado en una pared. Creo que él no era consciente de lo que generaba en mi interior cuando hacia esas cosas. O sí.
Sonrió al verme y puso un brazo pasando por mi hombro.
-Espero que te hayas lavado las manos-
Reí ante lo que dijo y le di un pequeño codazo. Nos sentamos en el coche y empezó a conducir. Puso la radio mientras seguíamos hablando.
Su cara se iluminaba con la luz de los semáforos y no me había dado cuenta, pero utilizaba gafas para conducir.
-¿Te llevo a casa verdad?-
-Déjame una cuadra antes por si acaso-
-oh no te preocupes, nadie distingue mi coche. Nunca me han encontrado- sonreí y me quedé perdida en su mirada concentrada en la carretera.
-Eres guapísimo- se me escapó en un susurro a lo largo del viaje. Rogaba porque no me hubiese escuchado y eso parecía.
"Menos mal" confié en que recordase dónde vivía. Eso parecía.
Encontró dónde estacionar en frente de mi departamento.
Se giró y me miró acercándose. Le seguí, juntando nuestros labios.
Le agarré de los hombros y lentamente me senté encima suyo. Bendecía que las ventanas se veían negro desde fuera.
-tu también eres preciosa- sonrió separándose un segundo de mi para darme besos pequeños en el cuello.
-Eres increíble- sonreí mirando al techo y acaricié su espalda por encima de la camisa. Nos fundimos en un último beso para acabar abrazándonos durante varios minutos. Tan solo prestando atención en nuestras respiraciones. Cómo si nada más importase. Este era nuestro mundo y nadie iba a romperlo.
-Me va a doler verte en las revistas junto a Harry- susurró
-Y a mi- salí del coche y le revolví el cabello rubio.
Cerró la puerta y fui a mi casa. Quería a ese joven irlandés junto a mi para siempre.

Llegué quince minutos más tarde lo que esperaba. Zayn ya estaba dormido.
-Hoy has llegado demasiado tarde señorita- dijo mi madre sentada en el sofá
-Lo sé, perdona- abracé un almohadón al sentarme. Mi aliento olía a cerebro de oveja o aceite. No podía distinguirlo. Agarré un vaso de zumo y lo bebí rápidamente.
-¿Qué has estado haciendo?- preguntó haciendo que subiese mis cejas. Nunca había mentido a mi madre, no debería empezar ahora
-Estaba con un amigo- levanté y bajé mis hombros
-¿Cuál de ellos?-
-Uno de One Direction-
Se levantó sorprendida
-Lo sabía, sabía que Harry y tú... tardabas en decírmelo- puse mi mano en la frente y agité la cabeza riéndome
-No mamá, con ese no. El rubio- se quedó callada unos segundos
-En menos de tres meses ya eres mejor amiga de toda la banda Directionaire o cómo se llame. Cómo giran las tablas eh- y con ese comentario final cambiamos de tema.

La mañana siguiente desperté con un ligero dolor de cabeza. Era el teléfono fijo que sonaba desde el salón. Mi madre había llevado hoy a mi hermano a la escuela. Así que estaba sola en casa.
Ella se había pedido el día libre para acompañarme al instituto a las 10.
Me acerqué a responderlo. Era Simon Cowell con su voz irritante de siempre.
-Buenos días Walls. Tenemos una nueva propuesta a la banda gracias a ti-
-Ajá- bostecé con peso en los párpados
-Cómo nos mencionaste lo de los estudios, nos hemos dado cuenta de la mala imagen que nos da el hecho de que no os gradueis- me senté en el sofá rodando los ojos
-Así que hemos hecho un acuerdo con Modesty y durante el Tour vais a acabar la secundaria-
-¿Qué?-
-Hemos contratado ya al tutor que os va a dar las materias, es de los mejores de Londres. Está pagado y lo único es que tu empezarías avanzada dado que has dado el primer semestre... ¿verdad?-
-Sí, sí, vale-
-Te mandaremos unos papeles por correo que debes firmar junto a tu madre/padre/tutor legal y director de tu instituto actual. ¡Gracias y hasta el 29 diciembre!- colgó antes de que pudiese contestar.
Ante todo, me parecía una idea bastante graciosa. ¿Cómo sería ver a Zayn en la escuela? ¿Y Harry? ¿Niall? Reí solo de pensar que tipo de alumnos serían.

Llegamos al instituto mi madre y yo vestidas lo más formal posible. Junto con el portátil en un brazo para que firmase los papeles.
Ahí hablamos durante horas y nos dijo que era obligatorio asistir el sábado. Aseguraría que hubiese mucha seguridad para que no haya ningún tipo de problemas externos. Pero que allí recibiría el título del primer simestre.

La semana había pasado más rápido de lo que pensaba.

¿Ella en One Direction?Where stories live. Discover now