Realmente, no podía sentir nada más allá que vagas señales que mi cabeza apenas podía descifrar por el tacto y el olfato que seguían dormidos mientras que mi vista seguía apagada. El sentido del gusto era obstruido por una horrible sensación de resequedad y el sabor del hierro entre mi lengua y el paladar. Mi audición era para nada entendible debido a un tintineante sonido que indicaba como mi cerebro aún estaba reincorporándose a la realidad. Esas mismas señales daban la intención de indicarme que mi cuerpo estaba acostado por la presión en mi espalda, una presión acompañada de vagos pinchazos que me causaban cierta irritación; mi olfato me daba alusión a un prado grande donde el pasto daba un aroma fresco; un viento frio daba de lleno en todo mi cuerpo y mi cabello.
Mi cuerpo en general se encontraba entumido, era bastante pesado el siquiera pensar en mover una sola fracción de mi cuerpo; teniendo eso en contra, empecé a girar mi cabeza levemente hacía un lateral, y con ese mismo movimiento empecé a abrir los ojos hasta finalmente me encontraba viendo un sinfín de manchas verdes y cafés de distintos tonos. Mi vista estaba con serios estragos por el brillo inesperado de un día soleado. Me mantuve tendido en el suelo un par de segundos hasta dar por seguro que mi movilidad había vuelto por completo.
Al elevar mi torso me tope con el tacto del pasto debajo de mi cuerpo, un tacto que siquiera me robo la atención durante una fracción de segundo. Lo segundo que note, fue como alrededor mío se dibujaba un círculo de pintura blanca que en el centro conectaba líneas que formaban una figura que solo note por el rabillo del ojo mientras dirigía más mi vista hacía enfrente. Apoyé mis piernas hacía enfrente de mi cuerpo y me preparé para levantarme; pero algo me hizo frenar completamente cuando coloqué mi brazo izquierdo sobre mis rodillas, fue ahí donde por primera vez noté aquel brazalete de metal negro brillante, siendo mi atención robada mayormente por los varios grabados de estrellas en sucesión hasta crear la imagen de 9 espacios en huecos de esta forma, siendo coronada por una estrella metálica de color blanco.
Estaba confundido por aquel accesorio en mi muñeca izquierda, y mucho más tras notar como esta misma no hacía más que quedarse inmóvil sobre mi piel, incluso cuando lo forcé a moverse por mi muñeca con tal de verle mejor. Tras ello solo resoplé resignado mientras volvía a mi intento por levantarme; sencillamente decidí enfocarme en mi ambiente antes de perder más tiempo en comprobar algo ya obvio, el brazalete estaba pegado a mi carne, y eso lo comprobaba más al sentir pellizcos leves al haberle tratado de remover en su momento.
Tras levantarme completamente y sacudirme el pasto que sentía sobre mi ropa, me tope de manera conveniente con una bolsa de correa que abrazaba mi cintura de una manera suave, pues esta misma se empezaba a deslizar de poco a poco hacía el suelo por lo mismo que la ajuste un poco más a mi cintura con tal de que no se cayera, un bolsillo que no recordaba haber comprado o usar. Levante la vista mientras caminaba por aquel claro, curiosamente todo estaba en calma, cosa que me ayudaría a realizar lo primero que debía hacer de manera lógica en esa situación: buscar pistas sobre mi situación actual. Pero antes de continuar con mis observaciones, una columna de piedras blancas cilíndricas se alzaba al centro de ese mismo claro; su estructura cilíndrica estaba hecha por varios niveles adheridos entre sí por un cumulo de piedras más oscuras que se veían usadas como una especie de cemento; por la superficie de cada nivel se encontraban grabados en forma de caminos rectos y de carácter cuadrangular que daban a una imagen sucesiva de distintas representaciones de los seis dioses mayores de la religión "Yooka'l", un detalle diminutamente curioso para un análisis completo; a la cabeza del pilar se erguía una forma cilíndrica de cristal turquesa más ancha y grande que los niveles. Pero lo que más me llamo la atención de aquella estructura fue que a sus pies se hallaban varias mochilas de color negro, mismas mochilas que se hallaban rodeadas también por varias fundas que contenían ciertos tipos de armas en su interior; algo que de verdad había despertado mi interés.
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Vasallos: La guerra por las estrellas
FantasyReligión, Superioridad, Debilidad, Poder. En el mundo de Nuatlpak, esas son las cuatro palabras que desencadenaron un ritual sin precedentes que condenará las almas de muchos jóvenes a sacrificar las vidas de sus semejantes, convirtiéndolos en simpl...