Capitulo cinco

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Dicen de ti:

Es un ser humano.

Dicen de mí:

Es un animal.

Y no se han dado cuenta

Que nuestras diferencias

Están en algo muy simple:

Tú, piensas que me quieres

Y yo, te quiero sin pensar.

P.D Tu perro.

❤️
- ¡Candy! este es la central de las enfermeras y es tu zona de trabajo – la pecosa demasiado apenada, se solto del brazo del doctor – ¡ah! por cierto, teníamos una entrevista, pero ya necesaria – Lewis con amabilidad, llamo a otra enfermera – Lesly, ella es Candy, tomara el puesto bacante. Por favor apóyala – giro hacia la pecosa - Bienvenida señorita white

Con una educada reverencia, el doctor se despido. Candy, parecía camaleón, su piel cambiaba de color, de lo paliado a rojo. [pero que cabezota, es doctor del hospital y yo contando mis penas] la rubia se retaba internamente, mientras miraba como el doctor Dunne, giraba hacia otro pasillo

- ¡Hola! me llamo Lesly y te apoyare en todo lo que necesites ¿está de acuerdo? - la rubia asintió y siguió a la chica. Caminaban por los pasillos, Lesly le mostraba el hospital. Llegando asi a el área de los vestidores.

- Bueno, esta es nuestra área privada, donde nos cambiamos el uniforme – le entrego unos pares de estos – te los llevas a casa y lo traes en una maleta ¡no puedes andar con él en la calle!

- ¿Por qué? – cuestiono algo extrañada la rubia

- Normas del hospital - al decir esta escueta explicación, la pelirroja, miro hacia otro lado

- ¡Lesly! Disculpa no me he presentado, soy Candy White A - la rubia, paro antes de decir su apellido adoptivo, no queria ser relegada, asi que decidió omitirlo. Rapidamente cambio la conversación – Lesly, el doctor Dunnes ¿trabaja aquí?

- ¡Si! – la joven la miraba extrañada – ¡Candy! ¿yo imagine que le conocías? ¡como entraron juntos! – la rubia nego con la cabeza – El doctor Lewis Dunnes, es el director del hospital. Y es el mejor cirujano, acaba de llegar de un congreso, que se realizó en Detroit.

Con la mirada enfocada en los uniformes, que posaban sobre sus manos. Candy se adentró en sus pensamientos [ Ahora entiendo. Venia de regreso en ese tren] sin sentirlo, una amplia sonrisa se enmarco en el rostro de la pecosa.

Lesly, al mirar a la rubia demasiado pensativa, dijo con un tono de burla en la voz – bueno y aparte de todas esa magnificas cualidades ¡es guapo querida! Y soltero. Lástima que yo ya tengo dueño.

Soltando una buena carcajada, salieron las chicas de los vestidores, y volvieron a los pasillos; que las conducían a los pabellones de los enfermos.

- ¡Candy! tu pabellón es de los ancianos – Lesly, lo dijo con una mueca de disgusto - ¿No hay problema verdad? – con una enorme sonriza la rubia asintió - tu horario es corto, solo trabajaras tres días a la semana y cuatro horas por turno.

- ¿Cómo? – respondió bruscamente la rubia

- ¡Asi es querida! este es el único lugar vacío ¿sucede algo? – pregunto Lesly, algo molesta –¿talvez necesitabas menos días laborales?

- ¡No, Lesly! yo pensé que trabajaría toda la semana y cubriría diferentes turnos –La tristeza se reflejaba en la mirada de Candy.

Lesly, elevo una ceja, era grande su asombro, la mandíbula se le acalambro, por lo grande que abrió su boca para espetas un fuerte: -¡oh!- De asombro.

Para mi Amiga MienaWhere stories live. Discover now