Capitulo seis

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Tus dos manitas como pan tostado

y esa, tu sonrisa de sonajero

anoche a tu almohada le han contado

lo tanto y tanto que yo a ti te quiero.

Y es tu mirada un cielo iluminado

que resplandece el rayo de un lucero;

es una bendición que dios me ha dado

por tenerte aquí como mi heredero.

Si dios contigo un día me bendijo,

a él le agradesco ser tu protector

Igual te quiero cual si fueras mi hijo.

No dejare que sientas dolor

Porque seré tu padre y tu cobijo;

siempre estaré aquí para darte amor.

Díaz Valero & Noriega

Diciembre 1920

Desde aquella noche en la que Miena, había salido con tal desespero. Candy, no había suspendido ni una tarde, el paseo cotidiano de la perrita. Siguieron con su vida cotidiana, la chica llevaba a la perrita al bosque dejándola libre.

Siempre llegaban a la misma hora. Miena, apresura corría bajando por la pendiente. Candy, al mirar el entusiasmo con el que Miena se alejaba, sus miedos se acrecentaban. La chica solo se limitaba a observar, como desaparecía entre los robustos arboles; para encontrarse con secreta cita.

Como cada tarde, Candy se alistaba para llevar a Miena, a su cita. Ahora con más tranquilidad, Miena bajaba por las escaleras; se sabía comprendida por la pecosa. En la puerta del edificio, ya eran esperadas.

Con andar nervioso, la chica se aproximó hacia la persona, que con una postura relajada; les esperaba recargado en su auto.

- ¡Buenas tardes! doctor Dunnes ¿qué le ha traído por aquí? – El titubeo de la voz de Candy y su expresión de sorpresa, delataron los nervios que la invadieron por un instante

- Bueno, me he tomado la libertad de acompañarles ¿si me lo permiten? – la rubia, algo sonrojada asintió con la cabeza. El caballero ayudo a Candy a subirá a su auto y él tomo asiento, en el lado del copilo – Ah, por cierto, Candy fuera del hospital soy Lewis ¡quieres!

- De acuerdo ¡Lewis! – la rubia se volvió a mirarlo, con una hermosa sonrisa, antes de echar a andar el auto. Lewis, solo la miraba como hipnotizado.

Asi inicio el cortejo del doctor Lewis. Buscaba entrar, en el pequeño y dulce corazon de Candy. Las acompañaba en sus salidas por el bosque, con interesantes eh interminables platicas y un sinfín de halagos y detalles hacia la rubia. Lewis, comenzaba a formar parte importante, de la vida de Candy.

Para mi Amiga MienaWhere stories live. Discover now