Parte sin título 10

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Me han pasado muchas cosas, que jamás olvidare

pero de una estoy seguro: que por siempre te querré.

En mis sueños te veo, en mi mente estas y mi

Corazon te llevo

Ese instante en el que te conoci, y desde entonces

Aprendí a amar

AGOSTO 1924

Devén comenzó a tener algunos altibajos en su salud, su desarrollo se mantenía algo estable. A pesar de sus capacidades diferentes, había rebasado la edad promedio, de un niño de su condición. Los últimos dos meses se le presentaron algunas complicaciones. Dado a su cardiopatía congénita, heredada por su madre y las bacterias, que sus deficientes pulmones habian contraído.

Era un hermano atento y protector, cuando estaba en casa. Pues la mayor parte de estos meses, se la había pasado dentro del hospital central; acompañado por Candy y Terry. Sus padres, los cuales se quedaban dentro del hospital, siempre con la esperanza de regresar los tres a casa.

Leila su pequeña y traviesa hermana, siempre le hacías reír con sus ocurrencias. Aunque en algunas ocasiones sus ingeniosas travesuras, le hacían sacudir los nervios. Su hermano Yeray, siempre tenía listos los juegos para su regreso.

Después de haber sido tres veces internado, durante los dos últimos meses. Devén, se encontraba muy desgastado y cansado. Acompañado por sus padres y tíos. Esperaban impacientes, la llegada de la abuela Eleanor.

Ella era una abuela muy consentidora y siempre les llenaba de regalos. Para Eleanor no había diferencia, entre los hijos de sangre de Candy y Terry. Y su niño Devén, como ella lo llamaba.

Esa noche, Devén tuvo un ataque respiratorio, dejando impactados a sus hermanos. Candy y Terry ya acostumbrados. Si exaltarse, subieron al niño a su auto y partieron con rumbo al hospital. Donde ya eran esperados por los doctores, que ingresarían nuevamente a Devén.

Candy, se colocó su uniforme de enfermera. No le gustaba que su niño se sentiría solo, asi que siempre estaba ella presente, en la sala de respiración. Pero después de ver como su hijo sufría el tercer paro respiratorio, se optó por sacarla de la sala.

La rubia fue recibida por los brazos de Terry. Se le miraba en un estado desconcertante y no se podía mantener en pie. La condujo a unos de los sillones y con su rosario en mano, comenzaron su ya conocida plegaria, que siempre les acompañaban.

Era tan grande el dolor de ver sufrir a su pequeño, que ni siquiera se igualaba al que sintieron, cuando se separaron por cumplir con su palabra. Esta vez, Candy con el corazon en la mano, hablo en sus pensamientos con la madre de Devén <>

Con todo el dolor de su corazon de madre. No de sangre, pero sí de espíritu. Dejaría ir a Devén. Impulsada por una fuerza mayor, tomo a Terry de la mano y lo encamino al cuarto de respiración, donde mantenían a al niño.

- Terry ¡es momento de soltar! – dijo la rubia mirando al pequeño niño que sufría su agonía – dejemos que lo que nos unió sea feliz y tome su camino de luz.

Terry renuente se negaba a hablar con su hijo. El queria regresar a casa, con su chiquillo; como cada una de las veces que había sido hospitalizado.

Para mi Amiga MienaWhere stories live. Discover now