Capítulo 1

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Sarawat veía la lluvia caer desde el ventanal de la habitación del hospital privado en la que se encontraba. Estaba sentado en un sillón y en sus manos se hallaba un libro que momentos atrás estuvo leyendo. Una lluvia de verano había comenzado sin dar aviso alguno, el cielo azul y soleado tornándose repentinamente gris y nublado. Esta le distrajo de su lectura por unos segundos, quedando sumido en su sonido, viendo las gotas chocar contra el cristal de la gran ventana.

El sonido que hizo su celular al sonar le sacó de sus cavilaciones. Dejó el libro que estuvo sosteniendo en el sillón y se levantó, caminó hacia una mesa de cama localizada en el lugar y recogió el aparato de encima de esta. Aceptó la llamada sin ver de quien se trataba ya que sabía quién sería.

"Sí mamá."

"Wat, casi he terminado aquí, te vendré a buscar en aproximadamente 10 minutos. ¿Tienes todo listo?" Contestó su madre alegremente desde la otra línea.

"Si, tengo todo empacado." Asintió con la cabeza a pesar de saber que su madre no lo vio.

"Bien, entonces nos vemos dentro de nada, te quiero." Sarawat soltó una corta risa sin aire, últimamente su madre no perdía la oportunidad de hacerle saber lo mucho que le quería. No la culpaba, él seguramente actuaría igual después de casi perder a alguien querido.

"Yo también te quiero mamá." Cortó la llamada y seguido depositó su teléfono en el bolsillo trasero de sus pantalones. Posó sus manos en su cintura y pasó una mirada en la habitación en la que se encontraba, viendo la maleta y una bolsa lleno de regalos que estaba encima de la cama durante unos segundos. El día anterior fue dado de alta, estaba lo suficientemente saludable para regresar a casa después de 9 semanas de estancia en el hospital. Su madre se encontraba en la oficina del doctor firmando los papeles de alta al igual que finalizando una discusión sobre los cuidados que necesitaría. Por fin su vida regresaría a la normalidad.

Caminó hacia el ventanal y observó cómo esta se tornaba borrosa por la ahora intensa lluvia, viendo visiones de la ciudad en patrones de agua que cubrían el cristal. Sumido en el sonido relajante del agua, no pudo evitar recordar el día en la que despertó de su coma.

Voces.

Sarawat podía oír las voces de alguien hablar, estas eran distantes, murmullos algo disipadas, casi ininteligibles, pero estaban ahí. Podía sentir la luminosidad del lugar en la que se encontraba a pesar de sus párpados cerrados. ¿Dónde estaba? Se preguntó e intentó abrir los ojos, pero encontró a estas extrañamente pesadas. Con esfuerzo forzó sus ojos a abrir sólo para quedar momentáneamente cegado por la brillante luz del lugar, volviendo a cerrarlas al instante. Dejó salir un gruñido de sus labios, tal acción causándole un intenso dolor en la garganta, sentía la boca seca y tenía una sed insaciable.

La fragilidad de la memoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora