Sarawat se encontraba en su habitación organizando el equipaje que usaría para el viaje que iba a realizar ese mismo día. La puerta sonó y segundos más tarde entró su madre en la habitación, parándose en el marco de la puerta.
"Wat el desayuno está lis-" la mujer se detuvo en media frase al percatarse del estado de la habitación en la que acababa de entrar. Había ropas y zapatos tirados por la cama, libros y documentos esparcidos por el piso, entre tantas otras cosas esparcidas por el lugar. "Veo que no has cambiado este mal hábito tuyo." Su madre dijo con un tono de voz que denotaba fastidio. "¿Estás seguro que podrás empacar todo a tiempo?"
Sarawat asintió con la cabeza, "Casi he terminado."
Su madre le observó empacar por unos segundos, aún parada en el marco de la puerta. "Ya casi son las diez en punto, no te va dar tiempo para desayunar."
Sarawat detuvo lo que estaba haciendo, y ojeó su reloj de mano, en efectivo, sólo quedaban 20 minutos para la llegada de Boss. Volvió a su tarea. "Estaré bien."
La señora Gunthitanon soltó un suspiro, negando con la cabeza y se acercó a su hijo, seguido le comenzó a ayudar a empacar.
"Eres un caso perdido, llegaste hace dos días y mira como tienes la habitación. Ya eres muy mayor para ser así de desordenado, tienes 27 años por el amor de dios," ella regañaba mientras doblaba la ropa y la procedía a colocar en una de las maletas encima de la cama.
"..." Sarawat simplemente rodó los ojos sin decir nada enfocándose a tener su equipaje listo.
Diez minutos más tarde, las dos maletas que Sarawat usaría para el viaje estuvieron empacadas.
"Baja a desayunar que ya no tienes mucho tiempo, yo me quedaré a organizar este desastre," dijo su madre observando el desorden en la habitación.
"Bien," Sarawat recogió ambas maletas de su cama y se dispuso a salir del cuarto. "Gracias, mamá," dijo una vez fuera para después cerrar la puerta y comenzar a dirigirse al comedor.
Bajó las escaleras y al llegar al amplio vestíbulo de la casa, dejó las maletas en un rincón del lugar y se dirigió al comedor. Una vez ahí, notó que el sitio olía de maravilla y encontró su comida ya servida. Caminó hacia la mesa y se sentó en una silla. Apunto estaba de tomar el primer bocado de su desayuno cuando el timbre de la casa sonó. Chasqueó la lengua y con fastidio soltó la cuchara de porcelana blanca que estaba sosteniendo. Se levantó de la silla y se dirigió hacia la puerta principal. Una vez ahí abrió a esta con algo de rudeza.
"¡¡¡Wat!!!" Sarawat de la nada fue atacado por el abrazo de un hombre escandaloso. "¡Que bueno verte de nuevo!" Boss exclamaba dándole un par de manotazos en la espalda.
Sarawat quedó estático, dejándose hacer. Segundos más tarde, Boss lo soltó poniendo mala cara.
"Veo que sigues igual de estoico que siempre," comentó su amigo negando con la cabeza, fingiendo decepción.
Sarawat soltó una corta risa burlesca, "Y yo veo que sigues siendo tan silencioso como siempre."
Boss lo ignoró entrando en la casa sin permiso alguna, como si esta fuera suya.
"Así que estás listo," dijo al ver las maletas en medio del vestíbulo. "Entonces, ¿Ya nos podemos ir?"
Sarawat negó con la cabeza, cerrando la puerta y comenzando a caminar hacia el comedor. "Aún no he desayunado."
Boss lo siguió. Al llegar en el lugar, Sarawat de nuevo se volvió a sentar en su silla y seguido comenzó a desayunar. Boss también tomó asiento en una de las sillas enfrente de Sarawat.
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La fragilidad de la memoria
RomanceSarawat sufrió un horrible accidente de motocicleta en la cual quedó mal herido, esta casi llegando a tomar su vida. Afortunadamente los médicos pudieron salvarlo y evitar que hubiera secuelas físicas, pero desafortunadamente perdió la memoria. Nuev...