Honey

647 6 0
                                    

Me gustan mis chicos como mi miel; Dulces

Me sonreías dulcemente, te había estado observando y podría jurar que solo lo hacías conmigo. Para darte esa falsa alegría te la devolví, una sonrisa fingida obviamente, dejaría de fingir si entraras a mí juego. Pero parece que te resistes más que los demás;

¿No quieres jugar conmigo bebé?

Está bien, en serio, solo...si al final aceptas intenta no enamorarte.
Reía con cada chiste estúpido que me contabas, incluso tú más de una vez te dabas cuenta de que no tenía gracia. Pero tus mejillas se volvían rojas cuando creías que para mí si la tenía, dime bebé:

¿Tan bien finjo?

Por qué si es así, caerás como todos los demás lo hacen. Solo que contigo, me divertiré el doble al decirte que se acabó. Deberé ir practicando para no reírme cuando el momento llegue.

Un poco egoístas...

Vi como tú cara cambiaba de color mientras hablaba con él, era mi antiguo juguete. Solo lo estaba usando para enfadarte, me dijiste que no me acercará más a él. Eso me molestó, ¿no juegas, pero quieres exclusividad? Lo siento bebé, así no es como va esto. Deja de ser egoísta o tendré que darte una lección.

Me gustas mis hombres como mi dinero;
Verdes,

Después de esa pelea no me hablaste en todo el día, pero notaba tu mirada sobre mí. ¿Te arrepientes? Dilo y todo estará solucionado, porque me necesitas. Te gusta dañarte solo por mí.

Me enviaste un mensaje, querías encontrarte conmigo en el almacenillo del conserje, estás seguro de lo que harás bebé. No estoy segura, pero puedo intuirlo. Y si llegas a hacerlo, haré que no te olvides de mí.

Todo estaba yendo bien, lástima que el conserje no esperaba encontrarnos allí. Al menos pasamos un buen rato juntos verdad, dime:
¿Te gustó, bebé?

Un poco celosos...

Me lo estaba pasando en grande, en serio. Viendo cómo andabas enfadado hacia nosotros, no había hecho nada pero... bebé...
¿Qué te preocupa? ¿Perderme acaso?
Sin haberte dado cuenta ya estás jugando desde hace un tiempo, tus actos te delatan.
Después, cuando me llevaste debajo de las gradas para confesarte... No quise reírme, pero me costó mucho no hacerlo. En serio, la manera en la que me enviabas la mirada y tus mejillas se volvían rojas mientras mirabas al suelo como si fuera lo más interesante del mundo.
Me acerqué a ti y te besé, yo tomé la iniciativa esta vez para que vieras que si te amo bebé, puedes entrar fácilmente pero salir... me temo que no es posible.

Mi corazón herido, se quedará contigo

Te deje ver solo una parte de mí, te acuerdas. Dejé que vinieras a mi casa, eres muy curioso bebé. Alguien debería enseñarte a no meterte en la boca del lobo, pero ¿tú no sabías eso verdad? No, solo hacías pregunta porque me "querías". Te dije que te fueras, pero no querías entender, tenía que hacer algo para que te fueras. Se lo que te grité y se lo que significó para ti. Tus ojos lo decían todo, ¿acaso ya no me quieres? Lástima, pensaba que podría jugar contigo un rato más.

Al día siguiente me ignoraste, intenté hablarte de verdad que sí. Pero tú maldito ego mezclado con el mío no era nada bueno, tú también te diste cuenta de ello. Así que siguiendo nuestra extraña tradición, te cité debajo de las gradas. Llegaste casi una hora tarde y con los labios hinchados, te oí llegar, ¿Sabes?
Me costó mucho llorar en tan solo tres segundos de márgen, pero qué puedo decir... soy prácticamente una veterana en esto. Me abrazaste y me dijiste que me querías, cuan vacías sonaron esas palabras y cuan vacías resuenan en mis labios ahora.
Te miré y pude ver lo culpable que te sentías, no iba a rebajarme más por tí bebé. Un buen depredador sabe cuándo dejar a su presa, así que te deje. Dejé que la culpa te carcomiera por dentro, hasta que al fin vinieras a mí y me pidieras perdón.
No tardaste tanto como pensé, ni siquiera me dió tiempo salir del campus cuando tú ya me estabas persiguiendo. Implorándome tu perdón, me rehúse al principio pero... tenía ganas de jugar así que me dejé llevar.

Soy un colorido desastre

Volviste a recordarme lo que dijiste al ver mi casa, a pedirme perdón otra vez. ¿No puedes simplemente olvidarlo?
Pero no, claro que no. Y para peor, querías volver allí. Lo cual no entiendo, que te hace pensar que quiero que pases al lugar donde esta mi vida entera y en el cual el gobierno no sabe que vivo. Para ellos estoy muerta, aunque quisiera hacer algo no podría. Ni siquiera debería estar en el campus, bebé,
¿Qué es lo que tanto te llama la atención de mí? Soy un desastre, no quieras saber lo que pasa cuando la oscuridad todo lo engulla. Así que por favor, limítate a ser como eres siempre, sin tanta curiosidad.

Descubriste que tenía marcas en los antebrazos, no sé cómo lo hiciste. Ni siquiera quiero pensar en si alguien pudo decírtelo, en tus ojos pude ver pena. Lo cual me repulsa, odio que la gente me tenga pena y más tu bebé, tu carita triste. Ese no eres tú, tú eres el chico malditamente empalagoso tierno y sin gracia alguna con el que estaba jugando.
Pero no, te enfadaste conmigo, por qué. No lo sé, yo no lo hice apropósito.
¿Crees que me afecta tu lejanía? Por favor, deja de jugar. Me necesitas a mí para ser feliz, alejaste a tus amigos por mí. Cuando te dije que ellos me desagradaban... Lástima que no les hicieras caso sobre que yo era mala para tí.

¿Es amor todo lo que necesitamos?

Al final, siempre vuelves a mí. Porque sabes que nos volvimos adictos este juego doloroso, los besos que queman como el mismo fuego. Las caricias que aún siendo falsas consiguen que suspiremos, bebé.

Nos necesitamos el uno al otro.

Jungkook One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora