Vendida

#25

N/Ale.

- nosotros nos tenemos que ir - habla mi padrino.

- y yo que voy hacer? - le pregunto.

- te puedes quedar o te puedes venir con alguno de nosotros - habla Rodrigo.

- prefiero quedarme - le contestó.

- esta bien, pero pondré más seguridad y daré la orden de que nadie entre - habla mi padrino.

- y si quiero salir? - les preguntó.

- no se debe de correr el riesgo - habla Alfredo.

- y todos se van a ir juntos? - pregunto.

- no, todos por separados - habla Iván.

- y si me quiero ir a Michoacan? - les preguntó.

- esa es tu decisión - me responde mi padrino.

- ya no quiero estar aquí, prefiero ir a mi casa - les digo melancolía.

- no te preocupes, te vas esta semana - dice mi padrino.

(...)

Y dicho y echo, ahora me encuentro de nuevo en mi casa nuevamente.

- te encuentras bien? - me pregunta Ana.

- estoy embarazada- digo sin más.

La cara de mis papas es una de asombro, al igual que la de los demás.
Estábamos en la sala de la casa, y todos estaban aquí.

- y Cornelio? - pregunta Alexander.

- nos separamos - agachó la cabeza.

- y como piensas mantener a ese bebé? - habla mi mamá.

- me pondré a trabajar o lo que haga falta - les digo aún sin levantar la cabeza.

- no te preocupes, si quieres criarlo sola, todos estamos aquí para ti - me sorprende que el esposo de mi mamá sea más comprensivo que mi propio padre.

- somos familia, y nunca te vamos a dejar sola - me dice Edwin, el cual rápido se tira a abrazarme.

Le correspondo el abrazo, mientras mis lágrimas comienzan a caer sobre su pecho. No puedo contenerme, ellos siempre me intentaron proteger mientras yo misma me tiraba a la boca del lobo, bueno no todo fue mi culpa, pero así me siento. Y ahora ni les puede decir la verdad de lo que pasó con Cornelio, que pensarían de mi.

- Ale, no queremos que te deprimas por un tipo que no vale la pena - escucho decir a Alexander.

- no estoy llorando de tristeza pendejo - le digo mientras me separo de Edwin.

- ¡Ale! - me reprende mi mamá.

- no le digas nada - me defiende mi papá.

Me acerco a él y lo abro mientras sigo llorando.

- siempre serás el mejor padre que he tenido, por favor nunca me dejes - le digo entre el llanto.

- tranquila, siempre voy a estar para ti - me dice mientras me acaricia el pelo.

- mañana vamos con el doctor - escucho decir a Ana - por ahora descansa - siento como me agarra de los hombros, pero después me suelta.

Me separo de mi papá y me subo a mi habitación. Al cerrar la puerta detrás de mi, muchos recuerdos viene a mi mente, como cuando me pidió matrimonio aquí mismo.
Soy tan idiota al agarrarle aunque sea cariño, el solo me compro como si fuera un maldito objeto, un simple animal, solo me utilizo para sus deseos carnales, simplemente fui una idiota al creer que pase buenos momentos con el.

Me tiro a la cama, mientras lloro abrazada a una almohada, cuando alguien toca la puerta, pero antes de que conteste entra a la habitación.

- dime dónde está el maldito que yo misma lo mato con mis manos - habla Ana serrando la puerta detrás de ella.

- soy una idiota - le digo mientras sigo llorando.

- hey, no es tu culpa, fue ese idiota - me dice intentando calmarme.

- si, pero nadie me dijo que me encariñara con el, fui yo quien quiso eso - le digo molesta conmigo misma.

- hay hermosa, al corazón no se le manda - dice mientras se tira a la cama mientras ve el techo - yo me enamore también de un idiota - suspira cansada.

- ¿por que tenemos tan mala suerte? - le digo mientras me seco las pocas lágrimas que tengo.

- no lo sé, tal vez por también estábamos idiota - comienza a bromear.

- sabes qué?, voy a mandar a todos a la verga y me voy a quedar soltara asta el final de los tiempos - le digo pero ella se comienza a reír.

- quiero verte intentarlo - dice mientras se ríe - si cada mes te enamorabas de uno distinto, y claro traías a todo a tus pies - me dice.

- tantos con quien estar y me fui a meter con el - le digo tristemente.

- corrección, el té compró - me dice.

- y esperas que eso me haga sentir bien? - le pregunto - nuestro papá es el mejor, pero en cambio Iván, ese no le importa nadie, sabes cuánto daría por no haber salido de él? - le digo mientras me imagino que fuera de mi si no fuera su hija.

Tal vez si estaría con alguien que no fuera el. ¡Ya Alejandra!, deja de pensar en el. Solo es el papa de tu futuro hijo, pero ya no es nada contigo. Solo espero que mi bebe no tenga el mismo futuro que yo.

- tres de cuatro hermanos, estamos en la mierda - la escucho decir - espero que a Edwin le valla mejor en el amor que a nosotros - sieve desanimada.

- en este pueblo todos valen verga - le digo rodando los ojos.

- creo seriamente que estamos pagando un maldito karma - dice aún con la mirada en el techo.

- yo por tanta cosa que hice con la familia Michoacana - le digo y ella se recarga sobre de brazo para voltearme a ver.

- es neta? Cuando pensabas decirme que te metiste también con ello? - pregunta ofendida.

- eso ya pasó, aparte era de esperarse, solo falto entrar con los de Jalisco - le digo bromeando.

- entonces también entraré con los del golfa? - me pregunta incrédula.

- por supuesto que no, solo con la familia michoacana, ni siquiera con los de Sinaloa - le digo - aunque, hace una semana unos pendejos atentaron contra mi vida, y no les salió muy bien la jugada - le digo mirándola a los ojos.

- pasó algo más en esa semana? - pregunta curiosa.

- solo que apareció alguien al que yo creía muerto, y me pase de verga con el, te juro que casi le digo de lo que se iba a morir, cuando el solo me cuido al igual que Alex y Edwin - una lagrima resbala por mi mejilla - y ni siquiera tengo el valor para pedir perdón, ni para contarles lo que me pasó con Cornelio - le digo agüítada.

- no les digas, tal vez al decirles te ayudaría, pero si lo haces, ellos irán por el, sabes de lo que son capas con tal de terminar con el sufrimiento de nosotras, pero sabes que el papá de Cornelio es un tipo poderoso - me advierte.

Y es verdad, no lo veía de esa forma, ellos pueden llegar a cometer una locura, y no terminaría bien para ellos, será mejor no decir nada.

- tienes razón, ellos no se deben de enterar de nada - le afirmó.