CAPITULO 21

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    Qué estúpida eres Eileen, como no lo pensaste, y peor aún presentar esto ante Michael Steinbeck, si que eres idiota. - Estaba inmersa en mis pensamientos cuando suena mi teléfono.
  - Hola mi linda Daí cómo has estado?
  - Hola mi morenazo de fuego, yo estoy muy bien, porque Eileen me hizo el día.
  - Entonces ya te enteraste.
  - Si, Michael Steinbeck tubo la delicadeza de regresar mi proyecto y, cómo está todo por haya?
  - Bien en lo que cabe, Eileen tuvo que renunciar pacíficamente sin tanto escándalo, yo también tuve una charla no muy agradable con ella.
  - Bueno, pero al final de cuentas todo sigue su rumbo.
  - Si linda así es, hice una investigación exhaustiva de ella y no encontré nada relevante, no a trabajado y después de años le dan la oportunidad en AECOM y lo hecha a perder, - cómo el tema no me interesa le doy otro rumbo a la conversación.
  - Oye pero díme, cuándo vas a regresar, no te parece que a pasado mucho tiempo?, que no tienes ganas de abrazarme y besarme?
  - Y no solo de eso, preciosa.
  - Jajaja, no me provoques porque en este momento salgo para haya Nam.
  - Eso me encantaría, pero tienes que trabajar mañana y por lo que sé, estás muy ocupada, que tal va la construcción del estadio, estás cómoda en tu cama bebiendo café???
  - Todo va sobre ruedas, queeeé como sabes eso?
  - Jajaja habré la puerta.
  - No, no lo puedo creer, - saliendo disparada al encuentro de mi amor.

  - No, no lo puedo creer, - saliendo disparada al encuentro de mi amor

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  - Sorpresa cariño!!!!!, - extendiéndome un ramo de rosas.
  - Cielo qué linda sorpresa, - rodeando su cuello con mis brazos para unirnos en un beso tan deseado.
  - Cómo has estado linda? - entrando al departamento, serrando la puerta tras él.
  - Bien, pero ahora que estás aquí, estoy mucho mejor, - buscando el confort y el calor de su cuerpo al estrecharme entre sus brazos.
  - Ven siéntate, seguro bienes cansado, - colocando las rosas dentro de un florero para después despojarlo de su saco.

CONTENIDO ADULTO.


- Para ti nunca estoy cansado, - tirando de mi mano para quedar sentada en sus piernas, uniendo nuestros labios, nuestro deseo era tal que comenzamos a deshacernos de nuestra ropa, la sangre nos hervía y el corazón golpeaba con violencia nuestro pecho, en segundos quedamos desnudos para amarnos.

- Para ti nunca estoy cansado, - tirando de mi mano para quedar sentada en sus piernas, uniendo nuestros labios, nuestro deseo era tal que comenzamos a deshacernos de nuestra ropa, la sangre nos hervía y el corazón golpeaba con violencia nuestro p...

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