CAPITULO 3 PARTE 2

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-Sigue así no pares...se siente tan bien. - Deje salir un jadeo disfrutando cada movimiento suyo, aunque jure que estaba por venirme si no se detenía.

-Quiero que me mires, no quiero que olvides este día.- Agradecí internamente que lo estaba haciendo bien, sentí como un ligero meneo por parte de sus caderas se hacía presente comencé a juguetear un poco con mi lengua, al parecer mi boca se acoplaba perfectamente a su miembro pensé que por ser la primera vez que lo hacía iba a tener alguna que otra arqueada pero nunca paso, roce ligeramente mis dientes, lo saque por completo de mi boca recorrí cada milímetro de su miembro donde deje, pequeños besos y lametones.

-Te gusta lo que estoy haciendo. - Nuevamente nuestras miradas se conectaron, deje salir pequeños gemidos inconscientemente mientras lamia su miembro de nuevo, quería que supiera que estaba disfrutando este momento tanto como él, una de mis manos viajo a sus testículos los cual comencé a masajear así que comencé a combinar sabrosas lamidas, como si estuviera comiendo el mejor helado de mi vida.

-Joder me siento en el paraíso. - Podía sentir como mi corazón latía frenéticamente con cada movimiento de ella.

-Eso me alegra...- Fui subiendo hasta llegar al glande. Una vez allí comencé a succionar y moví la lengua en círculos mientras iba subiendo, sentí como sus piernas se tensaron, sentí como retrocedió un poco y un jadeo suyo hizo eco en la habitación, sin duda ese sonido se volvería uno de mis favoritos.

-Estoy por acabar...Joder Alessandra-

-No te contengas lo quiero todo. - Sonreí pícaramente para comenzar a masturbarlo con mis manos y seguir succionando. Nunca pensé usar esas palabras, bueno en primera nunca imagine que estaría en plena felación con Chris Evans, sentí su semen deslizarse por mi boca, trague un poco de su esencia, tenía una consistencia viscosa y un toque salado algo muy de mi gusto, no pude evitar sonreír, me incorpore lentamente deslizando mis manos por su abdomen hasta llegar a su cuello, lo atraje hacia mí para besarlo, sus manos recorrían mi cuerpo, era una sensación rara, pero sin duda agradable.

-Ha sido el orgasmo más increíble en toda mi vida, si me lo permites ahora es mi turno para hacerte disfrutar. –

Me arrojo a la cama nuevamente poniéndome en cuatro de un solo movimiento, sentí como su polla se volvía dura nuevamente, yo solo esperaba que me penetrara.

-No queremos un accidente princesa. - Deje una nalgada para proceder a ponerme el preservativo.

No dije nada yo solo asentí en aprobación acomodándome para recibirlo, pero mi sorpresa fue que sentí su lengua acariciar mi vagina, después comenzó a succionar y simular pequeñas embestidas con su lengua yo era un mar de jadeos, no me dejo decir nada más cuando lo sentí penetrarme de una sola estocada arrancándome un gran gemido, joder su pene tocaba un punto que me enloqueció. -Mmm más duro. - Rogué mientras el sujetaba mi cabello en una coleta improvisada sin dejar de moverse aumentando el ritmo y la profundidad, podía sentir sus testículos rebotar en mis nalgas.

-Eres tan perfecta. - La gire nuevamente para poder mirarla, quería ver ese rostro lleno de placer, me gusto que fuera de esas que le gusta el sexo duro, me encargue de meter mi polla hasta el fondo levantando sus piernas apoyándolas en mis hombros.

-Joder Chris.- Gemí alto mientras llegaba al clímax, sentí mi cuerpo temblar mientras dejaba fluir el gran orgasmo, él no se detuvo hasta que encontró su propio placer, su pene palpitaba en mi interior y eso se sentía tan exquisito.

Seguimos besándonos por un buen rato hasta que llego tiempo de la ducha, la cual fue entre besos, caricias y una que otra frase romántica, fue muy tierno como tallo mi cabello y luego imite sus acciones, no sé cuánto tiempo pasamos dentro de la regadera hasta que decidimos que era tiempo de dormir, me tomo en brazos y me llevo hasta la cama en modo princesa donde me deposito con sumo cuidado y se recostó a mi lado, pasando su brazo por mi cuello mientras yo me apegaba a él. No supe quien se durmió primero, pero lo que sí recuerdo fue que me aferre a él, tenía miedo de que no fuera real que cuando despertara el no estuviera, sentía su calor fundirse conmigo, las sábanas daban un toque aún más mágico, no pude evitar en pensar en todas esas veces que se burlaron de mi cuando me decían que nunca conocería a, seria gracioso ver sus caras cuando les demostrara lo contrario... omitiendo las cosas intimas.

Que nadie se entereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora