Capítulo 5: I'm trying but they are so hot!

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Cuando Donghyuck se aseguró que Mark se había ido realmente a su clase, centró su atención en su mejor amigo.

- Nunca me lo habías contado.

- Nunca me pareció necesario - el pelirrosa se encogió de hombros.

- ¿Has hablado ya con ellos?

- No - admitió con una sonrisa pícara mientras se giraba a mirarlo -, los estoy esquivando.

- Entonces esto va a ser gracioso.

- ¿El qué? - Jaemin seguía mirándolo y justo por eso, tropezó con alguien y cayó en sus brazos.

- Mira por dónde vas, Nana - el pelirrosa notó un escalofrío recorrerle por todo el cuerpo, su cuerpo ardiendo por donde Jeno lo sujetaba.

De un salto, se apartó del ahora peliblanco, sonrojado hasta las orejas.

- Ehh, sí, lo siento. Voy a clase - intentó escabullirse pero Renjun le cortó el paso, plantándose frente a la puerta.

- Creo que no. Resulta que los tres nos encontramos muy mal - fingió una tos -. O al menos eso es lo que Hyuck va a decirle a la profesora.

- Mientras nosotros hablamos - terminó Jeno.

Jaemin gruñó entre dientes sabieHyuckque no había forma de que se librara.

[...]

El tejado del instituto tenía una puerta que, para el bien de todo el alumnado, nunca estaba cerrada.

Habían acampado en una de las esquinas, donde no se les veía pasara lo que pasase. Se habían sentado en círculo, el pelirrosa estaba apoyado contra la pared.

Jaemin fumaba de forma compulsiva cuando estaba nervioso y esta era una de estas situaciones, solo que no llevaba tabaco consigo. Casi le asustó cuando Renjun le tendió una cajetilla y un mechero, señal de que lo conocía a la perfección, y un pensamiento cruzó su cabeza a la velocidad de la luz.

“Te quiero”

Sin embargo, se limitó a dedicarle un suave “gracias” mientras encendía el cigarro y daba una calada.

- Nana, ¿te arrepientes? - le preguntó Renjun después de un par de minutos.

- No - declaró al segundo -. He pensado sobre ello muchas veces y no sé cómo sentirme, pero tengo claro que no me arrepiento. ¿Y vosotros? ¿Estáis arrepentidos?

Jeno pasó una mano por los hombros de su novio hasta llegar a su cuello y lo agarró por la nuca con suavidad, masajeándola. El chino se derritió ante su toque, disfrutando de la caricia.

- No. Queremos más - Jaemin se sonrojó con fuerza pero Renjun siguió hablando - y queríamos preguntarte qué querías tú. Entendemos que para ti fuera una cosa de una sola noche, de verdad.

Jaemin dio una última calada al cigarro antes de aplastarlo contra el suelo, sin importarle que siguiera a la mitad.

- Sinceramente, no sé lo que quiero, pero sé que nunca me he sentido tan bien.

Jeno rió entre dientes, dedicándole una de sus sonrisas deslumbrantes.

- ¿Te gustó que te follaran duro, Nana? - le preguntó aún sonriendo.

Jaemin cogió aire, intentando serenarse, pero le era casi imposible.

- Te han hecho una pregunta, Jaemin. Responde - le ordenó Renjun.

- Sí - Jaemin no sabe se dónde le salió la voz, pero casi no la reconocía de lo débil que salió.

- ¿Quieres más?

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