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1716

Ella murió para salvarlo.

Pero no había paz para él en la muerte.

Su sueño era como una pesadilla de la que no podía despertar. Por trescientos años, enterrado en un oscuro mausoleo y su propio cuerpo sin vida, el espíritu de Jackson daba vueltas y más vueltas por los recuerdos que le atormentaban.

Había fallado a su más precioso amor.
Las bestias en forma de hombres, en sus túnicas negras y cuellos de color blanco, habían llegado por su querida muchacha. En una cruz la habían colgado, su hermoso cuerpo golpeado y roto. Le llamaron monstruo, pero Jackson sabía la verdad; eran ellos quienes fueron los monstruos.

Hubo muchos monstruos que vestían la forma de los hombres y se aprovechaban de los débiles de mente. Eran falsos profetas que predicaban el veneno. A horcajadas sobre un gran caballo de rectitud, obligaron a los ignorantes a bajar delante de ellos. Ellos enseñaban el odio. Ellos enseñaban la violencia.

Ellos predicaban solamente de sentencia y nunca el perdón.
Ellos se enteraron del amor de su muchacha por él y ellos alentaron a sus secuaces para purgar el "mal" de su seno. Su dulce e inocente muchacha. Su preciosa muchacha.

Jackson la había amado más que a la vida. Tenía la más pura, más radiante alma con la que el inmortal jamás había tropezado y la había amado desde el momento en que la vio. Él había encontrado el cielo a su lado. Él había soñado una eternidad juntos. Su amada le recordó lo que significaba ser humano y lo que significaba ser limpio.

No hubo más dulce inocencia que el pecado cometido por su muchacha al amar a un monstruo.

Por ello, fue torturada y crucificada, su cuerpo marcado y luego quemada viva para exorcizar lo "demoníaco" de ella. La crueldad de una turba no conoce límites.

Jackson la encontró atada a una cruz, golpeada y azotada, incendiada y dejada por muerta en una helada noche iluminada por la luna. Todo lo que reconoció Jackson fueron sus hermosos ojos marrones. Estaban vivos sólo con dolor.

Con una promesa amorosa y lágrimas de sangre corriendo por su rostro, había besado a su amada en la ennegrecida frente y la liberó de su angustia.

Not By The Moon [Jackson Wang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora