Capítulo V

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✨💛🧡✨

Habían pasado dos semanas y estaba seguro que él me está ignorando para hacer que yo lo busque primero, lo que él no sabe es que podré morirme de la curiosidad, antes de ser el primero que de un paso. Eso sí, que no. Tampoco es como si importara mucho lo que piense, sólo esperaba... ¿Qué era lo que esperaba?, cepille mi cabello con mi lapicero buscando una respuesta satisfactoria sin éxito.

Había terminado mi guardia de la mañana, ahora solo tenía que perder un poco de tiempo hasta que llegara mi segundo turno, pensé que era una mejor idea doblar turno que llegar a una habitación sola y seguir pensando en tonterías, a demás no tengo comida decente y la comida de la cafetería era mejor opción. Detuve mis pasos un rato en la oficina de la pesada jefa de enfermeras, ella parloteaba algo que no comprendo ni quiero comprender, mis pensamientos eran más importantes que ponerle atención.

— ... ¿que te pasa?, llevas toda la ronda como Zombie.. ¿responde tonto?

— Eh.. - baje el codo de la barra — ohh! ¿Eres tú? - me quite el estetoscopio del cuello para meterlo en la bolsa de mi bata. Con mi otra mano toque su cabeza — Eres tan diminuta que apenas si noté tu presencia.

— No sé porque me molestó en tener una charla de adultos contigo... - quería manotearme, la pobre es tan lenta, me estire y ella lo aprovecho para golpear mi estómago, cuando recupere el aire me desquite con palabras.

— ¡Cálmate muñequita de aparador!

— Tú te lo buscaste... Ya que no vas a contar nada vete a dormir pareces fantasma - un grupo de enfermeras llegaron a su lado impidiendo que respondiera.

Me aleje rumbo a los baños, debo aceptar que mi fastidiosa hermana tiene razón mi cara está tan blanca, a este paso voy a terminar de paciente. Todo la culpa la tiene ése ser infernal, por eso mismo no quise que Pray siguiera preguntando, me siento cansado, seguro que terminaría cantando como perico y lo que menos quiero es ver a mi hermana disfrutar de mis desgracias amorosas.

¿Acabo de decir amorosa verdad?

Necesito más agua fría sobre mi cara o mejor una cama, no, esperaré terminar con la ronda así terminaré tan cansado que no tendré que sufrir para conciliar el sueño. Satanás no se apareció para nada, tres hora más tarde yo no podía más. Tome una decisión.

— Jefa voy a estar en los dormitorios...

— Antes pasa con el Director, acaba de llegar y ha llamado a los tres doctores de guardía - quería reclamar, las dos enfermeras detrás de mi hermana frustraron mi propósito.

Lo intente diplomáticamente.

— Jefa nadie está libre, Carlos no está y Pili está en una terapia grupal...

— Pues vaya usted y dígale eso al Director - camine unos pasos y regrese para preguntar.

— ¿Qué no se supone que ese es su trabajo?

— Soy la jefa de enfermeras no la secretaría... - yo estaba listo para contra atacar cuando agrego —... y si va a poner alguna queja vaya directo con el Director y matamos dos pájaros con un tiro - salió detrás de la barra pasando delante de mí. — ¡Con su permiso Doctor! - simule que la pateaba. Las enfermeras se hicieron de la vista gorda, respetaban a mi hermana y preferían no tenerla como enemiga y yo las entendía.

Soy pasicifista y ella me hace dudar de mis principios, de camino al purgatorio iba recitando las palabras mágicas.

¡Vamos! Eres un hombre valiente y capaz, tu puedes

“¿Qué puede ser peor?” pensé. “Él quiere ver a los tres médicos no a tí exactamente, puedes ser profesional, si Zairus. Tú puedes” Llegaré y actuaré normal. ¿A quien quiero engañar?, de normal no tengo nada, me conozco, voy hacer una estupidez.

Mi Querido SatanásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora