EL COMIENZO

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Apenas falta 1 semana para que termine mi precioso verano. A pesar de esto, estoy bastante emocionada, ya que esto significa el comienzo de mi vida universitaria en una fraternidad rodeada de tíos buenos, con los que poder ir conociéndonos profundamente, ya me entendéis.

Bueno, pues antes de nada tengo que empezar a preparar todo antes de irme, como empezar a meter toda la ropa sexy que me compré hace unos días en la maleta, además de darle puerta al gilipollas de Zac.

Y os preguntaréis, ¿por qué piensas eso y aún así sales con él?. Pues es bastante complicado pero en resumen, él es el único chico que me ha visto sin gafas y sin mi ropa ancha característica, y me empezó a acosar día tras día hasta que sucumbí con tal de que se callara, así llevamos 1 año. No es que sea feo, todo lo contrario es un bombón pelirrojo con ojos azules que hacen que quieras hacerle de todo, hasta que habla, ahí empieza a perder todo su encanto, llegando al límite de lo angustiante. Lo único bueno que he sacado este año con él, es el sexo, he aprendido bastante y considero eso un extra para poder cumplir mis objetivos. Así que después de todo gracias Zac por quitarme la virginidad y enseñarme algunos trucos.

De repente un timbre me sacó de mis divagaciones, haciendo que tuviese que abrir la puerta, ya que no había nadie más en casa. Para mi sorpresa, el susodicho apareció frente a la puerta, cosa que me facilitaba bastante las cosas.

- Hola preciosa— dijo Zac con una mirada que parecía estar desnudándome—

- ¿A qué has venido? No me gusta que vengas a verme sin avisarme antes. Aunque mira mejor, tenemos que hablar— Al fin iba a poderle mandar a tomar por culo y centrarme en otros problemas—

- Vamos a tu cuarto y hablamos, aunque más que hablar me gustaría que utilizases tu boquita para otras cosas— no me esperaba esa respuesta, a lo que pensé en seguirle el juego, ya que es la última vez que lo veré, además del hecho de que el chico me folla de maravilla—

- Nene, espero que sea un polvo para recordar— le dije mientras le arrastraba dentro de la casa y le quitaba la camiseta que le quedaba pegada a sus bien formados abdominales—

- Con solo mirarme así, haces que se me ponga dura Mia— dijo Zac mientras me quitaba toda la ropa con movimientos rápidos y concisos. —

Al cabo de unos pocos segundos estábamos los dos desnudos, yo encima de la encimera de la cocina y él pegado a mi feminidad, mientras me besaba aceleradamente y yo iba pasando mi mano por cada uno de sus tatuajes, que lo hacían ver bastante sexy. Uf, esos besos eran puro fuego y yo ahora mismo estaba en el mismísimo infierno. Estaba muy caliente y él lo sabía, así que empezó a masturbarme con la mano el clítoris mientras yo le hacía yo envolvía mi mano en su miembro sacudiéndolo lentamente.

Sentía que iba a llegar a mi orgasmo cuando de repente se separó para ponerse un condón que llevaba en su bolsillo a lo que yo hice una mueca. Tras ponérselo me empujó al sofá para embestirme salvajemente, cosa que me encantó. Sentí su polla invadiendo profundamente mi interior, embestida tras embestida, más rápida y fuerte que la anterior, hasta que al final llegué al orgasmo seguido después de él.

Ha sido una despedida de cojones y memorable. Ahora viene la parte chunga, el dejarle,pero es lo que toca.
Después de ponernos la ropa, empecé a hablar antes de que se llevase una idea equivocada.

- Zac, tengo que decirte una cosa — le miré seria y con las ideas muy claras—

- ¿Qué pasa Mia? ¿Es que quieres repetir?— me dijo con esa mirada socarrona de gilipollas—

- No, es más no se va a repetir nunca más. He tenido suficiente de ti, ya va siendo hora de que me dejes en paz.

- No vamos a cortar— me miró fijamente y noté que estaba claramente enfadado—

- Claro que vamos a cortar, es más si no me hubieses amenazado con salir contigo nunca lo hubiese hecho. Aquí termina lo nuestro.— le dejé las cosas claras. Estaba furiosa por tener que alargar más esta situación, ¿qué no entendía con que no lo soportaba?—

- Eso ya lo veremos. La próxima vez que nos veamos me suplicarás volver— JÁ, eso es lo que se creía él. Tan lleno de sí mismo.—

- Adiós Zac, espero no volverte a ver. Gracias por el polvo— le guiñé el ojo, estampando la puerta de la calle en su cara. Al fin un problema menos por el que preocuparme.
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¿Qué os parece Zac? ¿Os gustaría que saliese en futuros capítulos?
Zac en multimedia

Voy a ser una zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora