Llamitas. [Endeavor/Todoroki Enji]. [CALCBNHA].

02.

La hora del almuerzo había llegado, el pelirrojo se acercó a la muchacha y golpeó su hombro, pero esta no se inmutó, seguía de brazos cruzados mirando al frente con semblante serio.

—Oye, vamos a la cafetería, de seguro debes tener hambre. —Intento hablar con dulzura, sabía el temperamento de niña pequeña que tenia la chica.

—No iré a ningún lado contigo, Todoroki. —Escupió molesta.

A Enji le sorprendió el hecho que lo llamara por su apellido, desde que la conoció en su primer año y se convirtió en su chicle personal está siempre lo había llamado por su nombre.

El chico se rascó la nuca sin saber qué hacer, nunca había tenido esta situación con su amiga, justo cuando iba a hablar un paquete impactó contra su pecho, lo miró confundido.

—Es kuzumochi, ¿no? Es tu favorito. —Por primera vez en sus tres años de amistad Enji pudo ver un pequeño sonrojo en la pálida piel de la chica.

—¿P-por eso llegaste t-tarde hoy? —Desvío la mirada sonrojado, nunca pensó que ella le daría algo así.

—Nop, ¿Cómo crees? Era porque quería dormir más. —Se rió haciendo que todo pizca de vergüenza en el pelirrojo se fuera, él solo la miraba incrédulo.

Había roto cualquier atmósfera romántica que habían creado los dos.

El Todoroki abrió la caja donde se encontraba los kuzomochi, en el interior de la caja había una nota, la tomó confundido.

❝¡Felicidades llamitas! Somos los tres grandes, ¡esforcémonos para llegar lejos!❞

Una pequeña sonrisa salió de la boca del muchacho, era casi invisible, pero era una sonrisa. Hace una semana les habían informado que ella, junto a él y otro estudiante eran los tres grandes, esto había hecho que los ellos se emocionaran.

—¿Qué haces ahí, llamitas? Invítame el almuerzo. —Habló la chica desde la puerta del salón con la mano en su cintura, mientras que con la otra señalaba en dirección a la cafetería.

—¡No me llames llamitas! ¡Y mucho menos te invitaré el almuerzo! —Gruñó mientras salía del salón empujando suavemente a la chica.

Habían a sus carácteres habituales.