— Eu — dijo el uruguayo entrando a su habitación — Paraguay pregunta si tenes hambre.
— No.
— Pero no comiste en to-
— Dije que no — levanto la vista de la computadora frunciendo el ceño —.
— Bueno che, me miras bien — dijo de una manera chistosa sonriendo, pero se fue al ver que seguía igual —.
— Bueno chau — dijo retirándose de ahí —.