3. Stuck Girl.

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Después de su encuentro con Lucas, la mente de Maya había jugado en contra de ella, pues esta se había dado cuenta de que por primera vez desde que conocía al chico de ojos verdes, se había permitido tener una conversación con él de forma amistosa, incluso después de que él le hiciera una broma de vuelta. Nadie había hecho eso antes. Maya debería de estar furiosa, pero la realidad estaba muy alejada de eso, aún peor, la rubia había tenido un momento de sinceridad con el susodicho, algo que muy pocas veces le había pasado con Riley, ¿cómo era que un chico que conocía hace un mes lograra eso?

Molesta por no entenderse ni siquiera a sí misma decidió acudir a casa de su amiga una hora antes de lo acordado con los demás, tal vez ella sabría qué estaba pasando y pudiera ayudarla a dejar de sentirse así de confundida. Y es que no es que el tener una amistad con el texano le desagradara del todo, simplemente se negaba a entregarle su confianza a una persona de la cual no sabía casi nada. Y la idea de que una persona así consiguiera que su mente diera vueltas todo el día, le desagradaba de sobremanera.

Realmente esperaba que Riley le ayudara con su pequeño/gran problema, pero cuando entro a su cuarto y la tuvo frente a ella preguntándole si todo estaba en orden, la ojiazul se había quedado totalmente de piedra, como si de pronto la idea de contarle la situación a la castaña fuera de los peores errores que pudiera cometer. Jamas le había pasado eso, no con el pequeño rayo de sol. Arrugó el entrecejo más molesta que cuando llegó y después de ordenar su cabeza -o al menos intentar hacerlo- le explicó a Riley que no pasaba nada, que solo se había desocupado antes y decidió llegar más temprano. La castaña ajena a el sin fin de cosas que rondaban la cabeza de su amiga, le había creído y después de invitarla a comer, se habían dispuesto a ver una película.

Más tarde, Riley se encontraba llorando por una escena de la película, mientras Maya fingía prestarle atención, hasta que el timbre las alertó a ambas de que sus amigos llegaron. La rubia dirigió su mirada al reloj en la cocina comprobando que los chicos habían llegado a la hora indicada.

Riley se levantó del sofá con pesadez para ir a abrir la puerta a sus invitados y cuando lo hizo, los dos chicos fuera notaron los enrojecidos ojos de la castaña. Farkle, curioso, se asomó por arriba de la cabeza de su amiga, encontrando a Maya en el interior de la casa sentada con la televisión prendida.

—¿P.S I Love You?— preguntó.

—Por decimosexta vez.—afirmó la ojiazul con un sentimiento de cabeza.

—¿Abrazo?— Se dirigió esta vez a Riley, abriendo los brazos exageradamente.

—Si, por favor.— Aceptó con un puchero y se acurrucó en sus brazos.

Lucas negó con la cabeza divertido por la escena y se abrió paso al interior del departamento de los Matthews.

—¿Tú también quieres un abrazo, rubia?— dijo sarcástico.

—Mmm...— Fingió pensárselo.—Paso.—Le sonrió amplíamente.

—No creía que fueras de las que mira una película de amor dieciséis veces.— Se burló.

—Te sorprenderías de lo convincente que puede llegar a ser Riley.

—Entonces tendré que pedirle algunos consejos.—  Alzó una ceja sugerentemente. Algo se removió en el interior de Maya al captar el coqueteo detrás de sus palabras.

Lucas sonrió al ver el gesto desconcertado en la cara de la chica y antes de que ella pudiera contestar algo al respecto, se dio la vuelta y tomo asiento en el sofá de al lado sin darle esa oportunidad.

Si tan solo él supiera el sin fin de pensamientos que comenzaba a causar en la pequeña rubia.


BLUE NEIGHBOURHOOD #1 | WILD | LucayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora