En la profundidad de mis ojos
te haces más profunda.
En la pesadez de los párpados
te sueño más real que vos misma.
En el menoscabo del olvido te
revelas como un recuerdo alterado.
La pasión de tu fuente se vuelve
agua en mi frente y se derrama
gota a gota.
Tienes en los labios un rumor
blanco de gaviotas liberadas
por mi mano.
Oleajes lilas y la mar repetida.
Y la tarde es perfecta.
Y el crepúsculo es partida.
Y la sombra de la noche
es el racimo en la rama
de mi herida.Miguel García Salguero/Errante Peregrino.