No hay silencios, no hay vacío,
sólo encuentros en la noche fría.
Tú puedes limar las asperezas del sentimiento,
como una lija de amorosos recuerdos vivos.
De los abismos que ansían la luz, me rescatas,
con esos ojos de imitar a la luna,
con esa paciencia que necesita mi alma.
Y me pregunto, también me respondo en
la soledad de la carne: ¿Qué es lo que está
bien dicho, bien escrito y pulido?.
Regresas en la pregunta que cae de mi boca,
en la respuesta que sale de ti, de tu seno,
de tus ojos como perlas insomnes.Miguel García Salguero/Errante/Peregrino