Neverland- Ziam (re-escrita)

Encuentro

Lo único que iluminaba era la luz de la luna dando un destello plateado al mar. El barco se encontraba totalmente a penumbras, ciertas siluetas se podían ver moviéndose lentamente pero a demás de eso todo parecía estar totalmente quieto.

Zain se encontraba detrás de unos barriles observando a los piratas quienes hacían guardia. La luz de la Luna hizo que sus ojos destellaran almíbar que contrastada con su sobrina cara. Su amiga la sombra se colocó a un lado suyo solo para apuntar a un corcho en el suelo, Zain miro ama sombra después al corcho, para así regresar a la sombra. Sonrió. Con cautela tomo el corcho y lo arrojó al otro lado del barco causando que ambos guardias corrieran para ver qué sucedía.

“Idiotas” susurro con burla he hizo su camino hacia la cabina del capitán, daga empuñada e irá en sus ojos.

Abrió la puerta lentamente y absoluta oscuridad lo recibió. Su vista no era lo suficientemente aguda para descifrar lo que tenía enfrente. Achino sus ojos en esperanza que eso le ayudará, pero fue en vano.  Trago nervioso y dio un paso, una de las tablas crujió causando que suspirara, pero este suspiro se le quedó a media garganta cuando de la nada tenía ya una espada al cuello. Por inercia apunto su daga al cuello de su atacante, apretando firmemente provocando que su acompañante hiciera lo mismo.

“¿Quién eres?” Zain estaba petrificado.

Ámbar vivo colido con Marrón sombrío. Zain solo podía pensar que eran unos ojos demasiado hermosos para mostrar tanta frialdad. Su mirada viajo al resto de su atacante, una pequeña luz cubría la mitad de su rostro permitiéndole observarlo mejor. Cabello castaño liso, se veía tan suave y perfecto, como si lo cuidara cada día. Su piel era cuál leche adornada con pequeños lunares, sus rasgos masculinos pero finos, le hacían verse como un niño, un niño a quien la vida le había hecho algo.

“¿Eres sordo? ¿Mudo?” empujó su espada firmemente “¿Qué haces aquí?”

Zain estaba en trance tratando de descifrar qué diablos pasaba con ese niño y porque sentía hormigueo en su cuerpo. Su mirada viajo a los labios del chiquillo, rosas y carnosos. Estos se movían, pero él no escuchaba nada, solo veía como poco a poco se trasformaban en una mueca de frustración.

“Te lo preguntaré una última vez” suspiró irritado “¿Quién eres y qué quieres?” Zain embobado sonrió a medias causando que el muchacho bufara enojado.

En un rápido movimiento el muchacho tomo el brazo de Zain torciéndolo contra su espalda así volteándolo dejando la espalda de Zain recargada contra su pecho, la daga cayó al suelo y su espada se encontró firmemente posada en su yugular. Zain se encontró a sí mismo nervioso por la cercanía.

“Mi nombre es Zain” susurro tragando el nudo en su garganta, dio un pequeño saltito cunado sintió las caderas del otro moverse un poco.

“Y bien, Zain, ¿Qué haces aquí?” Pregunto una vez más altanero con Aires de superioridad. Zain rio en su interior y decidió no contestarle. “Te hice una pregunta, Zaini” el chico acerco sus rostro a la oreja izquierda de Zain susurrando con burla.

Zain dio un codazo a las costillas de su contrincante quien se dobló exhalando todo el aire de sus pulmones. Zain lo tomó del brazo y le regreso el favor con facilidad, el muchacho se quejó cuando Zain puso más fuerza de la necesaria casi dislocando el brazo del chico. Chasqueo su lengua y se rio.

“ah, ah, ah, me toca preguntar a mi” el muchacho forcejeo causando que Zain pusiera una pierna entre las suyas haciendo que perdiera el equilibrio, el agarre de Zain siendo lo único que evita que se dé contra el suelo. “¿Cuál es tu nombre, oh distinguido caballero?” El chico bufo, pero dejo salir una risa ahogada.

“Eres bastante hábil, Zein” Zain apretó su agarre sacando un gemido de dolor “bien, ¡De acuerdo! Mi nombre es Liam” Zain aflojó un poco su agarre haciendo que Liam suspirara agradecido.

”Liam, lindo nombre” recargo su barbilla en el hombro del otro “Y dime, Liam, ¿Qué haces en la alcoba de Capitán Garfio?” silencio cayó en el lugar. Zain miro extrañado Liam quien parecía debatirse entre contestarle o no. Cuando Zain pensó que el chico no le contestaría este le dejó caer la información como una cachetada.

“El Capitán Garfio, es mi padre”