Era una noche de lluvia. Llena de relámpagos y truenos. Yo estaba escuchando música con mis cascos puestos y alguien abrió la puerta de mi habitación.
- Hola María - uffff menos mal que era el abuelo-
-Hola abuelo, que susto me has pegado, ¿por qué has venido?
-Qué pasa ¿que ahora no puedo venir a dar las buenas noches a mi nieta?- dice con una risita entre los dientes- En realidad estoy aquí para contarte uno de mis cuentos. Hace mucho que no los escuchas.
Es verdad, cada vez que iba creciendo dejaban de interesarme sus cuentos, de hecho, ha llegado una época que solo me cuenta un cuento cada tres meses o así. Pero tenéis que comprenderme, ya tengo 16 años y en dos meses voy a cumplir 17, prefiero leer o escuchar música por las noches que escuchar cuentos fantasiosos que ya no me llaman la atención. Aún así como se que a mi abuelo le encanta pensar que todavía soy una niña pequeña (cosa que no me gusta nada y le repito por lo menos cuatro veces al día) esta noche no voy a quejarme y le dejaré que me cuente un cuento.
-Esta bien abuelo, pero no tardes mucho que tengo sueño y mañana tengo que madrugar
-Si, si gracias María. Verás, este cuento empieza el día en el que la mitad del mundo se para y una chica tiene que encontrar la llave correcta para volver a hacer que todo el mundo vuelva a la normalidad. Durante ese periodo aparecen criaturas extrañas en todos los rincones, algunas son hechiceros y magos otras tienen formas de monstruos, de hadas, elfos y otras están camufladas como humanos. Eso no tiene nada que ver con su personalidad. Cualquier criatura puede ser buena o malvada, no hay que fiarse de nadie.- Yo estoy mirando como chocan las gotas contra el cristal de la ventana y escucho a medias sus palabras porque ya me se como va un poco la historia, siempre habla de lo mismo; una chica que tiene que encontrar una llave y salvar el mundo. La verdad es que yo pienso que el abuelo se va quedando sin ideas y cada cuento es menos original. Solo cambia los personajes y lo que le ocurre a la mitad del mundo. A veces dice que desaparecen, otras veces que se van a la luna, incluso un día dijo que se convertían en bebés (¡qué tontería!). Pero como no le quiero desanimar sigo escuchando.
Muchas gracias por empezar a leer esta historia, espero que os haya gustado y entretenido en estos días de cuarentena. Muuuuuuuchos ánimos y a seguir adelante. Dejar comentarios y decir cómo os gustaría que continuara la historia.
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No te olvides de los cuentos
AventuraMaría no escucha los cuentos de su abuelo porque dice que ya no es una niña pequeña. ¿Qué ocurrirá si las criaturas de esos cuentos empiezan a aparecer en su vida pero ella no se acuerda de las más peligrosas? ¿Podrá salir sana y salva de su propia...
