La brisa de aquel día de otoño le acariciaba el rostro como si fueran las suaves manos de una madre, mientras caminaba entre la tranquilidad de los grandes árboles de Bosque Verde. No podía decir con exactitud cuánto tiempo llevaba allí, recorriendo aquel lugar al que tanto frecuentaba. Así como tampoco recordaba el momento preciso en el que se encontró a sí mismo, parado, contemplando sin ver, bajo la inmensidad de aquellos caminos tan solitarios como criptas abandonadas. Tenía los ojos cerrados, y estaba sintiendo como el viento se paseaba una y otra vez por todas partes, atravesándolo como si fuese un fantasma. El sonido que producía era como el de susurros que se fueran perdiendo en la eternidad. Pero esto lo hacía sentirse vivo. De vez en cuando necesitaba abstraerse un poco del mundo que lo rodeaba. Su cabeza se lo pedía, y la tranquilidad que le propinaba era reconfortante. Eran pocos los momentos en los cuales podía permitírselo, ya que si no estaba al mando del castillo, cumpliendo con las tareas típicas de un señor, estaba ejerciendo su rol de hermano mayor, entrenándose con los demás jóvenes en el arte de la batalla; al mando de ser Wyck, el viejo maestro de armas con el que la Casa Saphyrian contaba ya hace tantos años, o se encontraba rezando en los Kryxex; árboles que según la tradición de las antiguas familias de Gonnalys, comunicaban a los hombres con los dioses de estas tierras, de las antiguas tierras. Pero cuando no tenía que hacer ninguna de aquellas cosas, se encontraba allí, en los caminos de Bosque Verde. Tratando de encontrar esa tan preciada tranquilidad.
<<Silencio... ¿Es mucho pedir por unos instantes de silencio? —Se preguntó a sí mismo con amargura, mientras esperaba que se apaciguara su intenso dolor de cabeza. A veces sentía no poder recordar lo que significaba la paz—. Antes era diferente —Pensó—. Antes todo era diferente...>> Antes la paz tenía otro significado para él. Antes la paz se la daban otros momentos; cuando entrenaba con Elysian, su hermano mayor, a quien admiraba y respetaba, cuando cabalgaba junto a sus hermanas por los patios del castillo; Taenyx y Saehra eran menores que él, siendo la primera la mayor de ambas. Se llevaban tan solo dos años entre ellas, y había quienes pensaban que podrían tener muchas cosas en común, pero el gusto por cabalgar era una de las contadas excepciones. También cuando revolvía el pelo enmarañado del pequeño Jaelarr, el menor de sus hermanos, recordándole siempre lo buen guerrero que sería cuando creciera. Pero lo que más nostalgia le generaba, lo que más disfrutaba, era escuchar las historias de sus padres sobre hazañas legendarias, caballeros y doncellas, monstruos y dragones, castillos y guerras...
<<Guerras... —reflexionó— Padre... madre... los extraño tanto... Elysian...>>
La brisa se llevó la lágrima que le recorrió la mejilla. El frío que le produjo esa sensación le hizo abrir los ojos y volver a la realidad. Estaba oscuro. Había pasado horas allí y había anochecido. Se sorprendió.
<<Será mejor que vuelva pronto al castillo —Pensó—. No son precisamente tiempos para confiarse y permanecer lejos mucho rato. Ni siquiera aquí. Ni siquiera bajo los Kryxex.>>
Tenía que regresar para la cena. Sus hermanas se habían acostumbrado a las largas caminatas de sus ratos libres, pero Jaelarr solía extrañarlo más de prisa.
<<Me necesita —Pensó Raelyx—. Y Taenyx y Saehra podrán ser mayores, y sé que son fuertes, pero también me necesitan. Todos me necesitan... Ahora yo soy el responsable de nuestra casa, ahora yo soy el responsable de nuestra familia, ahora yo soy el responsable de éste gran castillo y de su gente... mi gente...>>
La llamada Guerra de los Pretendientes había dejado secuelas por todos lados. Muchos de los grandes señores, tanto de Casas mayores como menores, habían muerto o desaparecido tras más de diez años de batallas y masacres, en muchos casos junto con su linaje, dejando marcada una de las épocas más oscuras y trágicas en la historia que esas tierras habían presenciado.
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Lágrimas De Sangre
FantasiEl miedo, el odio y la sed de venganza reinan en todo Nor'thorn. El continente se encuentra sumido en una peligrosa tensión. Tras el fin de la llamada Guerra de los Pretendientes, el caos se esparce sobre las tierras. Las Casas, dueñas de sus propio...