-Oh mierda, no lo dirás en serio ¿o si Camile?
-Estoy hablando más en serio que nunca, Leila.
-¿Y como se supone que vendrás al club si tu padre te quitó el auto?
-Fácil. Resulta que tengo una mejor amiga que, ¡Oh tiene auto! Y me vendrá a buscar ¿verdad que si?
-Misión imposible, me temo que no podré irte a buscar.
-¿Y eso por qué?
-Chris vendrá por mí esta noche, me siento tan mal por ti. - Dijo Leila con un poco de sarcasmo. - Sabes que te amo, pero hoy tendrás que irte caminando.
-Bah.
-Procura llegar tarde esta noche, te quiero ahí a las 8:25pm.
Fui inevitable no hacer un mohín al escuchar lo que dijo.
-Uju- Le dije.
- ¿Camile? - Dijo Leila casi gruñendo.
-Tal vez, sólo si tal vez colgarás el teléfono y me dejarás en paz podría terminar de arreglarme y estar ahí puntual.
-Ya sabes Camile, puntual, no quiero excus...-Y le colgué antes de que terminara la oración. Ups.
Leila es tan intensa a veces que me dan ganas de quitarles la pistola a unos de los guardaespaldas de mi papá y pegarme un tiro.
Pero es mi mejor amiga, la amo, y por eso llegare a las 9:15pm.
Fui al armario y me puse mis Stradivarius favoritos junto con un suéter negro cuello en V y unos tacones rojos de muerte.
Un poco de rímel, creo que resalta el gris de mis ojos, otro poco de lápiz labial, una última mirada al espejo y listo.
Tomo mi celular y lo meto en mi bolso, reviso que tenga el dinero suficiente y salgo de la habitación, bajo las escaleras y paso por la sala de estar, escucho inmediatamente la voz de mi papá. Frunzo el ceño.
- ¿Se puede saber a dónde vas Camile Ann? -Me dijo bajando la vista del periódico y me miro fijamente.
-Ahgs, al Verdant y si no te importa ya me voy.
-No vas. A tu habitación. Ya.
- ¿QUÉ? Tengo 18 años y creo que ya tengo la suficiente edad par...
-Mi casa, mis reglas.
-Pero...
-Pero nada, pasas mas tiempo en fiestas y clubes que en casa. Tienes demasiada libertad. A tu habitación dije.
-AHGSSS. TE ODIO.
Lo odio. Lo odio. Lo odio. Lo odio. Lo odio. Lo odio.
Subí las escaleras repitiéndome una y otra vez cuanto lo odiaba. Entré en mi habitación y cerré la puerta de un portazo.
Voy hasta mi ventana y la abro. No, definitivamente no, está demasiado alto para saltar.
Pienso en alguna idea para poder salir de esta prisión sin que papá se de cuenta.
Camino de un lado a otro pensando en que carajos hacer.
Me vuelvo a asomar por la ventana y veo a Gus a lo lejos jugando con su perro Terry, Gus es el jardinero y también mi mejor amigo. Y justo en ese momento se me ocurre la mejor idea del año.- ¡Gus! -Lo llamo casi susurrando. Pero al parecer oyó.
- ¿Que pasa, Cam? -dijo con su linda sonrisa.
-Tienes que ayudarme.
-Esto no es bueno.
- ¿Entonces me ayudaras si o no?
-Si, lo que sea.
-Genial. Bueno, necesito que traigas las escaleras para poder bajar de aquí de una maldita vez y poder largarme.
- ¡Que Dios bendiga tu linda boca, cariño! -Dijo alzando los brazos al cielo-Bien, ¿no es más fácil si te lanzas y yo te atrapo?
- ¿Seguro me atraparas?
-Claro que si, Cam, jamás dejaría que te sucediera algo.
-Esta bien, a la cuenta de tres.
Empece a sacar mi pierna derecha y luego la izquierda, quedando apoyada del borde de la ventana.
- ¿Lista?
-Como el infierno que si.
-1... 2... -Empezó a contar el- 3.
Y me lance con los ojos cerrados y soltando un pequeño grito. Al abrir los ojos de nuevo estaba sobre los brazos de Gus, viendo su linda sonrisa. Le di un pequeño beso en la mejilla y el me puso sobre mis pies.
- Déjame adivinar ¿Te escapas al Verdant?
-Si, ahora me voy por que si llego mas tarde Leila me mata, ya sabes como es. Te amo, no se que haría sin ti. - Le di un abrazo y otro beso en la mejilla.
-Me debes una grande.
-Te lo compensare toda la vida, cariño.
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La mirada de Jared
Roman d'amourCamile Hendricks conocida por ser alegre y de espíritu libre, pero también conocida por ser la hija del alcalde de Pittsburgh. Su vida da un giro cuando intentan secuestrarla, y es ahí cuando el padre de Camile duplica su seguridad. Camile se siente...