Capítulo 4

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Capítulo 4: Los recuerdos de un ángel

Kaname observó como Zero leía los trabajos que le había exigido para esa semana, bajo sus ojos habían una bolsas casi moradas que denotaban su cansancio pero aún así no dejaba de leer. Después de pasar tres semanas en la Academia se había acostumbrado a ver como el mayor se mantenía ocupado y con suerte dormía un par de horas ¿Es que acaso era masoquista?

—Deberías ir a dormir —Señaló mientras fingía leer el libro

—Deberías concentrarte en tu libro, muchacho —Le contestó alzando la vista de los escritos— Más aún, alguien debería estar haciendo sus deberes antes de ir a dormir

—¿Es un chiste? —El castaño sonrió

—¿Ves que estuviera contando un chiste? —Preguntó Zero bajando sus lentes y observando seriamente al menor— ¿Crees que mi cara dice que estoy contando un chiste?

—¿Podría ayudarme? —El menor dejo el libro de lado y tomando sus cuadernos se sentó en la silla al lado del cazador

Zero ahogó un suspiro antes de bajar el documento en sus manos y asentir con la cabeza, aquello le ayudaría a distraerse un poco y descansar un poco sus pensamientos.

Desde la puerta y observando por una rendija se encontraba Wakaba y Cross observando toda la escena, siendo este último quién acumulaba emocionado lagrimas en sus ojos. A un lado Yagari se encontraba con sus brazos cruzados sobre su pecho mientras observaba a los curiosos en la puerta, antes de coger al mayor por el cuello de la camisa y sacarlo de ahí a rastras.

—¡EY! —Gritó el mayor mientras intentaba zafarse

—Tienes que ir a trabajar y no estar vagando por los pasillos de voyerista, maldito viejo pervertido —Reclamo Yagari

—¡No soy voyerista, solo estoy orgulloso de mi hijo y de cómo se está relacionando con los pequeños vampiritos! —Exclamó pataleando por el suelo

—¿No es para eso que los estuviste enseñando por años? —Yagari lo soltó cruzando nuevamente sus brazos sobre su pecho

—No entiendes —Cross lo miró desde el suelo con una sonrisa orgullosa— Yo podría haberlos enseñado de cualquier manera que quisiera pero si no le nace desde el fondo del corazón jamás lo hubiera hecho con gusto —Entonces se levantó quedando de frente al mayor— Verlo ahí sin alejarse del vampiro, cómodo con la situación ¿Cómo no podría estar orgulloso de eso?

—¿Hay algo que deba saber? —Preguntó Yagari luego de un momento de silencio— ¿Algo de su pasado?

Cross apretó sus labios, en esta vida había sido bastante reservado, incluso con él que había estado a su lado por muchos más años de los que podrían admitir y cada vez que sucedía algo como esto debía ir revelando cosas. Como quería decirle toda la verdad pero eso significaba que podría terminar en peligro y no soportaría perderlo, no en esta vida.

—Hasta ahora nunca se habían llevado bien —Admitió Cross— Siempre algo se ha interpuesto entre ellos y ha generado más problemas... Creo que esta vez si es posible terminar con todo esto

—¿Qué hay de Rido? —Preguntó Yagari

—Puede que ni siquiera sea un problema esta vez —Cross sonrió— Puede que incluso esta vez no exista ninguna pérdida

**

Rido caminaba por los pasillos de la Mansión Kuran mientras su ceño se encontraba fruncido, esperaba cualquier tipo de ataque pero ¿Su propio hermano lo traicionaba de esa forma? ¿Y por qué? ¿Es qué acaso no le había bastado con quedarse con la única mujer que había amado? ¿Llevarse todo lo que alguna vez le debió pertenecer a él?

Intriga JuvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora