Paseo por el bosque [Alan W., Kygo, K-391].

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Protagonista/s: Alan Walker, K-391, Kygo.

Referido/s como: Alan, Kenneth (Ken), Kyrre.

Resumen: Unas misteriosas criaturas arrasan con cualquier forma de vida que se cruce en su camino. Alan sale herido en un encuentro con dichas bestias.

O,

Alan está herido y sus dos cariñoso novios lo cuidan.

Advertencia/s: No.


Había sido un maldito milagro que Alan se encontrara con sus dos amigos noruegos cuando huía con una Bestia pegada al culo. Ken y Kyrre habían sentido y oído los temblores del galope de la criatura cuando estos se aproximaron a ellos.

Escondidos detrás de unas ruinas, habían visto estupefactos como el menor corría por su vida cuando pasaba por su lado sin notarlos mientras la Bestia lo perseguía, escupiendo babas por todos lados, resoplando y gruñendo.

Les costó unos segundos procesar lo que acababan de ver, pero cuando se dieron cuenta de que su amigo estaba en peligro, salieron disparados de su escondite con hierros, haciendo ruido por donde pasaban, golpeando cualquier cosa para llamar la atención de la criatura.

No costó mucho, cuando el cuadrúpedo animal paró para escarbar en un agujero por el que Alan se había escabullido con éxito. Se giró tan rabioso como un oso y bramó en su dirección, dispuesto a correr hacia ellos.

Fue entonces que Ken y Kyrre se dieron cuenta de que su plan de salvamento solo llegaba hasta ese punto y que no habían pensado en nada más después de llamar la atención de la Bestia. Aun así tenían que hacer algo antes de tenerla encima.

Ambos se miraron por un segundo antes de correr en direcciones opuestas. La criatura dudó durante unas milésimas antes de seguir a Kyrre al edificio en ruinas más cercano. Ken aprovechó la oportunidad para acercarse al agujero donde estaba Alan.

Al asomarse dentro, tuvo que retirar rápidamente la cabeza cuando un ladrillo voló a su dirección.

—¡Alan, soy yo, Kenneth! ¡Cálmate! —gritó desde fuera del hueco. Podía oír al más joven jadear de agotamiento y cuando volvió a asomarse fue recibido por los temblorosos brazos del menor rodeándolo en un abrazo de pánico.

—¡Oh, Dios mío, Ken, pensé que no lo contaba! —habló cuando finalmente soltaba al otro chico.

El mayor lo analizó de arriba a abajo. Su ropa rasgada estaba manchada de barro por todas partes y en su costado derecho había sangre seca. Ken fue a preguntar por ella cuando un grito cruzó el aire y alarmó al dúo.

—¡Mierda, Kyrre necesita nuestra ayuda!

Ambos salieron corriendo en dirección del grito. No costó mucho encontrar a la criatura y a su amigo en apuros.

La Bestia estaba sobre el mayor, intentando desesperadamente clavar sus fauces en el cuello de su víctima, quien luchaba por mantener el hierro entre las mandíbulas de aquella feroz criatura. Las babas y el apestoso aliento chocaban contra la cara de Kyrre.

Alan y Ken corrieron alarmados hasta el lugar. Sin pensar mucho, el más joven se tiró encima del cuadrúpedo animal como un quarterback, quitándoselo de encima a su amigo, quien se alivió al no tener un peso extra sobre él y se limpió la cara enseguida, totalmente asqueado.

El mediano pasó corriendo a su lado hasta donde Alan mantenía a esa cosa contra el suelo y levantó su hierro para hundirlo con toda su fuerza en la cabeza de la Bestia, atravesando su ojo. Se quedó inmóvil en el acto y el menor suspiró aliviado, deshaciéndose como un flan cuando perdió la adrenalina al instante.

Sin excusas [EDM][One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora