LOS PRIMEROS PASOS DE UNA ESTRELLA

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-Madeleine, date prisa o llegaremos tarde, ¿crees que van a esperar por ti?-dijo Susan Evans cogiendo su bolso y chal.
-Ya voy Mamá, estoy casi lista -replicó la niña, dándole un beso a su padre en la mejilla, que no podía acompañarlas.
Ya en el coche su madre empezó a hablar y hablar, Madeleine cantó, para no escucharla.
-Peter Stone, es un fenómeno, y quiere verte, es increíble, ha catapultado a la fama a multitud de actores, cantantes. Es guapísimo ya lo verás, su padre me presentó en televisión cuando yo tenía doce años, era un hombre estupendo y galán, espero que su hijo también lo sea, por desgracia aún no lo conozco -dijo retocando el maquillaje.
-Deja de cantar esa canción de una vez, y repasa el guión -objetó Susan.
-Solo tengo que anunciar una chocolatina mamá, me lo sé de memoria desde ayer -dijo resoplando y volviendo a cantar.
-No quiero fallos me has oído, cómelo aunque no te guste, disfruta y sonríe eso es fundamental, di a todo que si, no te olvides de mentarme -siguió hablando todo el camino sin parar.
Cuando casi llegaron al edificio, el coche empezó a dar empujes hasta que se paró, llamó a unos hombres que estaban en la acera, en su hora de descanso comiendo un bocadillo, para que le ayudaran a aparcarlo.
-Creo que es la batería, señora -dijo uno de ellos.
-Lo que me faltaba -dijo para sus adentros.
-Muchas gracias señores, debo irme mi hija tiene una prueba con una compañía publicitaria, tomen aquí tengo unas muestras de chocolate, no olviden esta cara, dentro de poco será famosa -dijo agarrando a la niña por el mentón y mostrándola a los presentes.
Los hombres se miraron sorprendidos preguntándose de dónde habría salido menuda loca.
-Ven aquí, dame un beso, deja que te arregle ese pelo, o sino que van a decir de mi. Mamá estará aquí esperándote, obtendrás el anuncio ya  lo verás -dijo mojándose los dedos y pasándolo por el cabello de la joven.
Minutos más tarde la niña salió llorando, y se arrojó en los brazos de su madre,
-¿Cuéntame qué ha pasado, princesa? -preguntó levantando la cabeza de la niña y secando sus lágrimas.
-Me dolía la tripa y no he podido comerme ni siquiera un trozo de chocolate, me han echado de la habitación.
-!Demonios!, quédate aquí sentada, voy a hablar ahora mismo con ellos.
Después de un rato todas las madres y los niños se amontonaron al lado de Madeleine, esperando los resultados, se abrió una de las puertas y salió Susan gritando, todo el mundo se volvió a mirarla.
-¡Lo has conseguido princesa!, lo sabía, vamos rápido que tenemos que arreglar el coche ,que mañana tenemos una audición -cuando decía la parte del coche, bajó la voz hasta convertirla en un susurro.
La niña no podía explicarse cómo había podido pasar, pero pronto se le olvidó el trance y empezó a festejarlo.
-Ya estamos aquí Paul, cariño. No te lo vas a creer mañana tenemos una audición, quieren escucharla cantar -dijo contenta Susan entrando por las puertas de la casa.
La niña corrió a contarle a su padre con todo lujo de detalles. Mientras Susan tiraba todas las chocolatinas de muestra que le habían regalado a la basura.
-No se como pueden pretender que los niños se coman esta porqueria, sabe a cartón -dijo ataviada con la tarea.
-¿Tendré que comerla de nuevo, mamá ? -preguntó la pequeña con tono afligido y cara de pena.
-De ningún modo, harán algo especial para ti que si te gustara, tu madre lo arregla todo -respondió orgullosa.
-Eres la mejor mamá del mundo, te quiero.
- Y yo a ti, no perdamos más tiempo, toma, apréndete esta canción -dijo acercando el papel.
-Es tu canción favorita, la que cantabas tu.
-Mañana te presentarás con ella, no hay ninguna mejor -dijo encendiendo la máquina de coser y metiendo en ella una tela con forma de velo y encaje rosa.
-Mamá antes tengo que terminar los deberes -se quejó la niña.
-De eso ni hablar en la escuela no enseñan nada importante, yo con tu edad la dejé y me convertí en artista.
-Yo te ayudaré mañana y entre los dos la terminaremos antes -dijo el papa empujando su silla de ruedas.
-¡Echo papá! -dijo tocándole los cinco.
Madeleine se fue cantando contenta para su habitación.
Susan llamó a su amiga Emma para que la llevase mañana a la audición, está aceptó de inmediato.

BAJO LA INFLUENCIA DEL ÉXITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora