𝙁𝙖𝙣𝙩𝙖𝙨𝙮 𝙤𝙧 𝙍𝙚𝙖𝙡𝙞𝙩𝙮

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El toque del timbre resonó por todo la infraestructura de la escuela. Todos los estudiantes ingresaron a sus respectivos salones para el inicio de sus clases, a excepción del aula K-8.

La profesora Mariana, encargada de la asignatura de Expresión Gráfica aún no llegaba y el aula yacía en un desorden total.

Algunos de los estudiantes se lanzaban hojas papeles de los pobres cuadernos que si en un momento hablarían, el salón estaría llegó de grosería y llanto desgarrador.

Otros, están encerrados en el mundo de los chismes o criticando alguna celebridad que seguían en las redes sociales. Un pequeño grupo andaba tomándose fotos y maquillándose mientras que algunas parejas se besuqueaban.

— ¡Corran que la auxiliar Angélica, viene! — Un chico con la respiración agitada entró y cerró bruscamente la puerta del aula.

Los demás alumnos empezaron a empujarse y a correr a sus asientos correspondientes mientras se acomodaban el uniforme.

Unos toquecitos en la puerta hizo que todo el salón entrarán en un silencio sepultral. Se miraron entre sí hasta que la brigadier del aula se apresuró a levantarse y abrí la puerta.

— Buenos días — saludo la auxiliar desde el umbral de la puerta — Vengo a comunicarles que por el momento la profesora Teresa tardará unos minutos en venir. Por favor, no quiero ver a ninguno de ustedes en los balcones y mucho menos quiero un escándalo que los demás salones tienen clases — dijo severamente, viendo como los estudiantes asienten con la cabeza — Cualquier cosa, pidan permiso a su brigadier — sin más que decir, la auxiliar se retiró y cerró la puerta detrás suyo.

Esperaron unos minutos a que la auxiliar desapareciera por las escaleras del tercer piso y empezaron con los desmadres.

— Tengo hambre — musitó Ban — No pude ni siquiera comprar una migaja de pan — sollozo falsamente escuchando el gruñido de su estómago — ¡Waaa voy a morir, King!

— No seas dramático y suéltame que me arrugas el uniforme — dijo el castaño tratando de quitar las manos de Ban de su camisa — Si te sirve de consuelo, vamos al quiosco.

Un brillo en los ojos del albino se iluminaron y tomó de la solapas a King, dándole un brusco beso.

— Te amo, te amo, te amo — susurro contra sus labios sin dejar de besarlo.

— Sí, sí, si. Yo igual. Vamos, antes de que me arrepienta — murmuró algo fastidiado separándose del albino.

— Vale, pero antes... ¡Meliodas, Meliodas! — Ban moviendo el hombro de su amigo que dormía plácidamente a lado suyo — ¡Oye, despierta! — le gritó al oído.

— ¡¿Pero que mierda...?! — Meliodas se despertó exaltado y fulminó con la mirada a Ban que reía junto a King — Cómo joden, ya uno ni siquiera puede dormir tranquilo — espetó, sobando su pobre oído que todavía zumbaba.

— Vamos al quiosco — ánimo el albino pasando su brazo por encima de los hombros de Meliodas — Se que tú tampoco haz comprado nada en el recreo por estar haciendo la tarea de expresión gráfica y matemáticas.

— No tengo ganas — murmuró, dejando que un pequeño bostezo saliera de sus labios — Ve y cómprame cualquier cosa, en la salida lo comeré — de su bolsillo sacó algo de dinero y se le dió a Ban.

— Evita estar durmiendo en clase — comentó King viendo al rubio recostarse nuevamente sobre la mesa dispuesto a seguir durmiendo — Se que la profesora Teresa va demorar o tal vez ni llegue, pero tú sabes cómo es ella de jodida — escucho un bajo "ujum" por parte de Meliodas.

One-shots | Meliodas y ZeldrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora