El día de graduación.

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Quien iba a imaginarlo, al fin estaba por graduarme de la secundaria, estaba súper nerviosa y todos parecíamos estarlo, debo admitir que soy una persona que le teme a lo nuevo, era un raro sentimiento, sentía nervios y emoción con unas extrañas ganas de vomitar. Mi madre estaba al fondo con todos los padres con cámaras en mano grabando el momento, era algo lindo, mi madre y mi hermano me sonreían desde el lugar y yo solo podía sonreír de manera nerviosa. Estaban a punto de mencionar nuestros nombres y estábamos todos en silencio tratando de escuchar al director con su discurso de despedida, yo solo trataba de no comerme las uñas del nerviosismo, mi perna no dejaba de moverla, sentí como mi compañera tomo mi mano y la apretó.

-tranquila linda, solo es una pasarela de despedida, nadie notara el hecho de que estés enfrente, cada quien espera a su hijo y después todos nos iremos a esa estúpida fiesta en alberca de la que tanto tiempo hemos esperado.- y aun que su comentario logro calmarme un poco debo admitir que tenía la razón y bueno es que no me agradaba en lo más mínimo tener que estar frente a tanto público, lo mío no era estar frente a nadie, ni siquiera tenía amigos o un grupo con el cual me juntara, era demasiado tímida y tenía el pensamiento de que las personas solo eran pasajeras durante esta etapa de mi vida así que no quería encariñarme aunque bueno todos siempre eran lindos conmigo.

-gracias Zoe, pero sabes que lo mío no es estar enfrente de absolutamente nadie y sé que es muy estúpido, ya que esto solo será por unos segundos, pero aun así no puedo dejar de pensar en que pueda sucederme alguna tontería en el transcurso. - ella no soltó mi mano y eso me sirvió de mucho hasta que sucedió.

-Santiago Hernández Meredith.

-Mierda. –susurre, aunque creo que le dije un poco alto, ya que escuche la corta risilla de Zoe.

-tranquila Mer, estarás bien, ahora ve que ahora si estas llamando la atención.

*******

2 horas mas tarde y al fin era una graduada, me sentía feliz de que la ceremonia terminara porque solo quería salir de aquí y quitarme esta cosa de encima. Camine directo a donde se encontraba mi madre y la vi sonreír con lágrimas en sus ojos.

-oh mi pequeña mujercita, cuanto has crecido- mi madre me abrió sus brazos para que fuera a abrazarla, aun que me sentía asfixiada con toda la fuerza de su abrazo debo decir que se sentía bien saber que mi madre se sentía orgullosa de mi, quiero decir, no soy la mejor en notas o con un primer lugar pero me agrada saber que ella cree en mi y que no me deja sola incluso después de la muerte de mi padre, ella siempre a permanecido fuerte para nosotros yo muy apenas y recuerdo a mi padre, ya que solo tenia 3 años.

-oh vamos mamá, solo es una estúpida ceremonia aun no es la universidad y esto no es el fin, nos seguiremos viendo así que basta.- mi madre se rio de mi discurso malhumorado.

-agradezco que no me caí en el transcurso.- mi madre rodó los ojos y me sonrió.

-tu si que sabes como arruinar momentos- me dijo viéndome a los ojos con esa sonrisa hermosa que hacia sentir completa.

-y bien, iras a la fiesta o prefieres que veamos nuestra serie favorita, lo que tu decidas estará bien cariño.

-creo que iré a esa fiesta, después de todo nunca salgo mamá.

La realidad de un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora