1° - Destiny, la nueva Winchester(SPN Fanfic)

Capitulo 15

Josh

Lo único que me detuvo de intervenir en la pelea fue Des. Sé que Crowley se pasó al decirle eso, pero se perfectamente que era lo que Des quería oír. Ella sabía desde un principio que esto no es un juego, y que las personas que más aprecias y quieres siempre salen afectadas. Y hacer enojar a Crowley para que ella tuviera una excusa para irse de la casa sin marcha atrás, simplemente a mí no se me hubiera ocurrido.

Lo único que ella hizo fue llamarnos a Zac y a mí, y salimos de la casa. El rey del infierno no la detuvo en su partida, sabía que ya no había nada más que decir. No podría hablar con ella después de esto. Todos sabemos que cuando ella toma una decisión es definitiva sea la correcto o no. y nos tenía a nosotros ahora, su única familia. Es la única cosa que sé que deja tranquilo al rey. Lo único que no me agrada es que ahora estamos rumbo en busca de Dean.

- ¿Estás bien? - le pregunta Zac a Des desde el asiento del copiloto, ya que nuestra princesita se fue al asiento trasero para descansar, ya que era de noche. Teníamos un buen rato en la carretera, nuestro mapa parlante llamado Des, nos decía que los chicos estaban cerca de Maine. Un poco retirado para mi gusto.

- Si – suspira. Sé que le dolió demasiado lo que Crowley le grito en la cara, aunque intenta disimularlo – solo estoy un poco hambrienta -

- oye – me mira – tranquila. Si vas a comer cada que algo te pone mal, vas a terminar rodando – le sonrió y ella me regresa la sonrisa.

- ¿Y exactamente qué haremos chicos? - pregunta Zac. Era una buena pregunta ya que no sabíamos exactamente qué pasaría ahora -

- bien – contesta Des calculando muy bien las palabras que saldrán – uno: nos quedaremos unos días con Dean y Sam. Dos: Luego buscaremos un departamento en alguna ciudad. Tres: estudiaremos en un colegio y viviremos vidas un poco normales.

- Y eso sonó más teatral y emocionante en tu cabeza verdad – le dice Zac riendo -

- lo sé – ella ríe. Lo que me hace feliz porque tenía horas sin tener el ánimo arriba -

- se especifica princesa – sé que hay algo más en todo esto.

- Ok! - se acerca a los asientos para estar más cerca de nosotros – seremos un grupo de cazadores defensores de la humanidad. Seremos como los cuatro fantásticos, pero no seremos cuatro – tiene una sonrisa de oreja en oreja, y eso no me gusta, sé que tiene una idea loca y estúpida que de seguro terminara mal -

Destiny

Eran casi las doce de la noche y tenía demasiada hambre como para poder dormir. Así que en la primera gasolinera que paramos para cargar gasolina, arrastre a Zac dentro de la tienda para que me ayudara con todo lo que compraría. El tontuelo solo agarro una canasta al entrar a lo que solo tuve que lanzar una mirada de "estas-bromeando" para que cargara con unas tres canastas más.

Después de cargar con dulces, chocolates, frituras, Pay y refrescos como para un campamento de unas doscientas personas salimos de la tienda para meter las bolsas a la cajuela. Josh solo reía y reía de todo lo que llevaba, me decía que si el fin del mundo se acercaba y me pondría en cuarentena. Antes de siquiera querer unirme a su risa algo capturo mi atención. O más bien, un sentimiento capturo mi atención.

Había algo cerca de nosotros y nos asechaba con unas intenciones no muy buenas. Mi seriedad y mi atención a lo que sentía hicieron que Josh dejara de reír y captara la atención de Zac quien al igual que Josh puso su mirada en mí.

- ¿qué es? - se tan malditamente bien que Josh sabía que algo andaba mal. Su mirada me lo decía todo. Claramente el siente las presencias sobrenaturales pero por lo que veo, hasta ver lo que es realmente no se da cuenta, a comparación de mí. Con sentirlas, se bien con que estamos tratando.

Un ángel – le digo en un susurro. Y así es como hace su aparición ante nosotros. Zac cierra la cajuela del carro y camina unos pasos delante de mí al igual que Josh. Así que gracias chicos... Ahora no podía ver bien lo que pasaba frente mío.

- ¡No pensé que tendría el honor – empezó a hablar el ángel – de llegar a conocer a la pequeña princesa del infierno! - no necesito verlo, pero puedo jurar que está sonriendo. Por lo que pude ver antes de que los chicos se pusieran frente a mí, es que este ángel tiene una apariencia de unos veinte tantos años de edad, es guapo, para que negarlo y tiene su cabello de color rubio -

- será mejor que te vayas – articula Zac -

- ¿y si no quiero? - pregunta en tono de burla el ángel, y logro ver y sentir como los chicos se tensan.

Lo siguiente pasa, pasa muy rápido. El ángel agita su mano para un lado, Josh y Zac salen volando y aterrizan en la pared de la tienda. Yo solo cubrí con mis brazos mi cara y sentí una ráfaga de aire, solamente. Y al quitar mis brazos y ver por fin al cien por ciento al ángel frente a mí, sé que debí de salir volando como los chicos. Su mirada, al igual que su sentimiento, es de sorpresa. Y solo dura unos cuantos segundos para que cambie a enojo y se acerque a paso rápido a mí.

No me muevo, debería de correr o algo por el estilo, pero no lo hago. Y antes de que llegue a mí, alguien más aparece en medio de los dos impidiéndole llegar. El nuevo chico se parece al ángel que estaba primero. Y resulta que este chico, también es un ángel.

- ¡vaya! - dice el primer ángel – ¿qué te trae por acá Ariel? - se dirige al ángel en medio de los dos -

- deja a la chica en paz, Nathaniel – esta serio. ¡Y rayo! Mantiene sus emociones ocultas

- ¿por qué debería de hacerlo? - piensa por un rato, y luego hace una cara de asombro y suelta una carcajada – ¿no me digas que ella es tu protegida? - ¿que acaba de decir? - ¿enserio Ariel? Un demonio. ¿Un híbrido? -

- no es de tu incumbencia -

- ¡pues no me iré hasta verla muerta! - es ahí cuando no puede esconder nada, la pared que bloqueaba sus emociones se desaparece. Ariel y Nathaniel se empiezan a pelear. Y lo primero que hago es correr hasta Josh y Zac quienes se están poniendo apenas de pie un poco agitados.

Y si al momento lo más sorprendente había pasado - y claro que me refiero al ángel que en este momento está luchando para que otro ángel no me mate- lo siguiente le sigue. Al acercarme a los chicos y tocarlos articulando las palabras "están bien" una especie de descarga energética me recorre haciendo que los suelte de inmediato. Los ojos llenos de asombro de los dos me indican que también habían sentido lo mismo.

Un grito y una luz realmente segadora de color blanca nos hace girar nuestras cabezas hacia esa dirección. Y lo que alcanzamos a ver es a un cuerpo de un ángel cayendo al suelo, sin vida.