1° - Destiny, la nueva Winchester(SPN Fanfic)

Capitulo 31

Destiny

- ¡estás en las noticias! - anuncia emocionado Zac. Como si salir en las noticias por estar en un banco en donde están robando sea realmente halagador. Me siento en el sofá frente al televisor mientras los otros chicos se posan detrás de mí, sin intención de tomar asiento

- ¡tenemos una famosa en la familia! - dice entre risas Scott – ¿ya practicaste tu firma para los autógrafos?

- No es gracioso, es.... - cuando se ve mi maniobra con el asaltante en televisión simplemente me quedo sin aire. Lo habían grabado. ¡Y vaya que soy impresionante!

- ¡Lo que estoy viendo no es exactamente lo que me contaste que había pasado! - dice entre dientes Ariel. Claramente no le conté que yo derribe al asaltante. Uno: había gente, había cámaras ocultas. Llegarían preguntas. Dos: aunque tuviera la experiencia, pude haber salido herida. Me paro de un salto del sofá. doy algunos pasos para ir a mi habitación, pero antes de llegar a la cocina cuatro brazos ya están rodeándome, dejándome sin aire.

- Gracias a dios que estas bien – se oye la voz de Sam.

- ¿Qué pensabas cuando te ofreciste de rehén para salvar a las demás personas? - esa fue la voz de Dean. ¡Esperen! ¿Que acaba de decir?

- Lskdjfdhf – bien. Eso no sonó como lo que realmente trataba de decir.

- Espacio. Espacio – poco a poco se separan de mí. Logrando ver a Castiel. Mi salvador.

- Dije que yo nunca me ofrecí como "tributo" hacia el asaltante – puse mis manos entrelazadas frente a mi pecho y puse mi mejor cara de enojada

- bueno, eso fue lo que dijeron en el noticiero – dice Castiel

En estos momentos siento la gran necesidad de encontrar a ese reportero y dejarle claras las cosas. Está bien que quiera que parezca heroína, pero no había sido de esa forma. Yo no quería ser una heroína. Con todas mis fuerzas posibles puse mi concentración en la gente que estaba entre la sala y la cocina. Siete hombres en la casa, solo yo de mujer. Realmente me sentía como blanca nieves y los siete enanos, solo que Sammy no contaba como enano, en definitiva.

Me sentía tan cansada por todo lo que había pasado en este día, que simplemente eche la concentración a la basura. Ariel estaba concentrado en las noticias. Zac y Scott se divertían jugando entre ellos. Josh y Castiel, bueno, no logro descifrar bien lo que sienten, porque de alguna forma el amor, cariño y algo más que emanaba de ellos hacia mí no lo comprendía, o me hacia la tonta. Dean está preocupado, enojado, ¡pero dios!? Ese hombre cuando no está en ese estado? Y luego estaba Sam. Sus emociones estaban apagadas, cansadas, lo que significaba que algo andaba mal con él.

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- ¡Me estas mareando! - después de una semana de ser acosada por reporteros, ser rodeada de Sam y Dean, y de Zac haciéndose el actor frente a las cámaras que me rodeaban, todo vuelve a la normalidad. Por así decirlo. Me encontraba en el trabajo de Ariel, comprando un nuevo celular. Giraba en la silla giratoria que tenían en el local. Era entretenido -

- ¡cuando ya esté mi celular listo dejare de dar vueltas! - por lo general casi nunca hay gente en el local. Y como si fuera cosa adrede, el día de hoy estaba lleno, si, estaba lleno, cuando venía a comprar mi celular. Ariel le ponía más atención a las demás personas antes que a mí. Cosa que se me hizo injusta, ya que también era cliente, pagaría mi cel. Cuando entro un grupo de como cinco chicas, que según sus explicaciones, las cinco venían a comprar por primera vez un celular, le dije adiós a Ariel con la mano mientras salía del local.

Lo bueno de no traer celular o algún medio de comunicación es que puedes sentirte libre. Nadie te anda llamando para saber en dónde estás o a qué horas llegas. Camine hacia la entrada de las tiendas de comida del Mall. Llegue al McDonald's, que era el primer local de comida rápida. Cuando la chica castaña me dio mi frappe de Chocolate tome asiento en una de las mesas que están frente a las tiendas de comida.

No había mucha gente en el Mall como de costumbre, pero era culpa del jueves, los jueves casi no hay gente en ningún lado. Tomaba con calma mi frappe observando a las familias que estaban frente a mí, todas felices. No es que les tuviera envidia, o bueno, si es envidia. Ellas están felices todas unidas, no saben nada de lo que realmente hay entre nosotros. Cosa que envidio.

La silla a mi lado hace ruido, señal de que alguien se sentó a mi lado. Giro mi cabeza para encontrarme con un pequeño adorable. Para lo que se veía, no pasaba de seis años de edad. Sus cabellos rubios colgaban por alrededor de su cabeza en forma de honguito. Su piel era blanca y sus ojos verdes como grandes esmeraldas le daban color a ese rostro angelical. Me sonríe, y se ve más adorable.

- Hola – saluda con esa vocecita aguda que caracteriza a todos los niños

- hola – le sonrió un poco, pongo el vaso del frappe en la mesa frente a mí y giro un poco mi cuerpo para verlo mejor. Viste un overol de mezclilla, con una camisa rayada de colores y unos tenisitos rojos. ¡Si, al estilo Chucky! - ¿y tus papas?

- ¡Ando con mi hermano! - anuncia el niño, al parecer el hermano debe de ser un idiota o una mala niñera – pero está muy entretenido con su teléfono – incluso con cara de Chucky y cruzado de brazos se ve adorable este pequeño.

- ¡Entonces estas aburrido! - el solo asiente. De seguro aún no se han dado cuenta que el pequeño no está en el área de juegos que está casi detrás de mí – ¿quieres ir a divertirte un rato? - al pequeño se le ilumina el rostro con una sonrisa enorme. ¡No me gustan los niños! Debo de aclarar. Pero este pequeño tiene algo diferente.

Caminamos los dos juntos, agarrados de las manos hasta el salón de juegos, que estaba situado cerca de la otra entrada del Mall. Compre unas monedas para los juegos. Nunca había venido a un lugar así en mi vida. Creo que ni los chicos. Pero fue divertido. El pequeño jugo con cada juego disponible hasta acabar con las monedas que tenía. Debería de conseguir un empleo de niñera.

Después de casi una hora y media, salimos del lugar. Frente de este estaba una tienda de helados, compramos un para cada uno y nos dirigimos a buscar a su hermano, que de seguro andaba como loco buscándolo. Esto le serviría de lección.

- Bien, ¿estas consciente de que te pude haber robado y pedir dinero a tus padres para así poderte regresar con ellos, verdad? - le pregunto al pequeño, que hasta ahora no me había dicho su nombre – había muchas personas hay en el lugar, ¿por qué te acercaste a mí?

- ¡No tienes cara de roba niños! - da otro lengüetazo a su helado de chocolate y continua – te sientes diferente a las demás personas – me detengo en seco. ¿Que acaba de decir? - papa y mama no dejan que hable con cualquier niño! - su voz se torna triste.

- Como...

- ya vienen por mí – está mirando hacia un lado. Frente a mi tengo a alguien agachado, agarrándose el estómago mientras jadea en busca de aire. Creo que venía corriendo. Cuando al fin el chico se pone derecho veo que el jodido destino estaba en mi contra -