California, 1882.
Sabía que esto estaba mal, sabía que esto era un pecado, sabía que seríamos juzgados y condenados a muerte, pero cariño, yo estaba dispuesto a besar tus labios aún si eso me enviaría directamente a arder en el infierno.
[...]
—No tienes que hacer esto, Harry. Dime, ¿realmente quieres que lo que tenemos acabe?-. dijiste con tu voz quebrada.
—No es eso, Louis. Sabes que no es eso...
—Es porque no soy una mujer-. susurraste con la cabeza hacia abajo. —Es eso, ¿no es así, Harry?-. me miraste y a mí se me rompió el alma.
—Lo siento, Lou...
—¡Eres un maldito egoísta! Solo estás pensando en ti, solo piensas en tu dolor.
—Estás mejor sin mí, Louis. Estamos mejor sin el otro, no quiero seguir dañandote.
—Yo no voy a estar mejor sin ti, Harry... de verdad te necesito-. y te soltaste a llorar, me abrazaste y lloré contigo. Tenías razón, como la mayor parte del tiempo, tenías razón.
—Sabes que no lo hago porque quiero, sabes que es...
—Por los demás-. me interrumpiste completando lo que iba a decir.
—Lou, me duele hacernos esto. Pero tú bien sabes que si alguien se entera...
—Seremos condenados a muerte-. volviste a interrumpirme.
—Sí-. te dije, tenía el corazón destrozado en mil pedazos y el sentir tus brazos aferrados a mí solo me rompía más.
—Podríamos ser suficiente-. susurraste en medio del llanto.
—Basta, Lou-. supliqué. —Ya no sigas, solo harás que esto sea más difícil-. te separaste de mí y me miraste.
Y con tus ojos inundados de lágrimas me dijiste.
—Yo te amé desde que teníamos 18-. pausaste y te limpiaste las lágrimas que caían de tus mejillas. —Incluso mucho antes de que los dos sintiéramos lo mismo. Harry, yo de verdad me arriesgué por este amor y parece que a ti lo único que te importa es que tu nombre quede limpio de cualquier romance con un hombre... -. terminaste de hablar y me miraste con tus profundos ojos azules. Tus palabras me habían quebrado, habían llegado a lo mas profundo de mi alma pues en el fondo me dolía saber que tenías toda la jodida razón, yo era demasiado cobarde como para que todos se enteraran que tenía un romance contigo y no porque no estuviera perdidamente enamorado de ti sino más bien porque sabía que al anunciarlo, nos harían daño.
Te devolví la mirada y con todo el dolor de mi corazón hablé.—No hay nada que puedas hacer que me haga cambiar de decisión...ya está hecho-. trate de sonar lo más frío posible y quise continuar hablando pero mi voz se cortó al oír tus sollozos, me dolía en el alma tener que hacer esto.
—¡No es justo!-. gritaste, y comenzaste a jugar con tus manos, como lo hacías siempre que estabas nervioso o no sabías qué hacer. —No es justo que nosotros tengamos que pasar por esto, ¿mi amor no es suficiente?, ¿no soy suficiente, Harry?-. Quise seguir manteniendo mi postura fría pero el simple hecho de que pensaras que tú eras el culpable de todo esto me hizo sentir terriblemente mal así que no dude en responderte.
—Sabes que eres suficiente, Louis tú eres todo lo que alguna vez soñé-. dije mirándote a los ojos.
—Entonces, ¿por qué....?
—¿Ocurre algo, caballeros?-. era el coronel Candía, sentí como te tensaste e inmediatamente hiciste una reverencia en señal de respeto, gesto que yo imité, después dirigiste tu mirada al suelo y trataste de inventar una buena mentira para no ser descubiertos.
—Mi coronel, el soldado Styles y yo estábamos teniendo una pequeña discusión debido a que...-. comenzaste a temblar. Maldición, maldición.
—No es nada grave, coronel. Solo son peleas de soldados-. hablé tratando de aguantar las ganas que tenía de llorar.
—Así que peleas de soldados, eh-. carcajeó fríamente para después inspeccionarnos con la mirada. —Una mentira les podría costar la vida...-. caminó hacia ti y a medida que sus pasos avanzaban, tus ojos se abrían cada vez más. Sentía un nudo en la garganta, un dolor increíblemente fuerte en mi pecho, en mis costillas, en mis huesos, en mis venas, en mi alma. Temía que lo que teníamos se nos fuera arrebatado en un segundo. Temía ser descubiertos, temía que te hicieran daño, cariño.
Cuando estuvo frente a ti, vi como sacó de su pantalón una escopeta. Tenía el corazón en la garganta, me dolía pasar saliva. La puso en tu cuello y tú me miraste, tu mirada me juró que este era el fin, nuestro fin.
—Coronel Candía, no lo haga-. pronuncié con la única voz que me quedaba.
Él se volteó y me miró como si acabara de cometer el mayor de los pecados.
—Usted, un simple soldado, ¿me va a decir a mí lo que tengo que hacer?-. y ahora se dirigió hacia mí, dejó de apuntar su escopeta a ti para apuntarla a mí. Tragué saliva.—¿No dirá nada, soldado Styles?-. me fulmimó con la mirada.
—Yo... solo decía que...-. mis cuerdas vocales ya no daban para más. Me quedé helado, pensando en que realmente este sería nuestro fin. Te miré, quería decirte con una mirada todo lo que no podía decirte ahora.
Y cuando acercó el arma a mi cuello, cerré los ojos. Rezando para que esto terminara pronto. Los abrí después de unos segundos, pensando en que ya estaba muerto, hasta que oí una carcajada enorme de parte del coronel Candía.
—Solo estaba jugando, soldados-. dijo entre risas. —Ustedes son muy divertidos, si que saben actuar-. seguía riéndose, mientras que nosotros estábamos igual de confundidos, pero al mismo tiempo estábamos aliviados ya que nuestro secreto estaba a salvo, seguía siendo un secreto, algo que solo tú y yo sabíamos.
Vi como forzaste una carcajada que pareció mas bien un quejido.
—Usted si tiene sentido del humor, soldado Tomlinson-. el coronel Candía te despeinó el cabello, sonriendo y después me miró. —Sonría un poco, soldado-. hizo una seña de despedida y salió de la cabaña.No faltó mucho para que te echaras a mis brazos a llorar.
Larry Stylinson.
ESTÁS LEYENDO
¿Morirías por mí?
FanficSabía que esto estaba mal, sabía que esto era un pecado, sabía que seríamos juzgados y condenados a muerte, pero cariño, yo estaba dispuesto a besar tus labios aún si eso me enviaría directamente a arder en el infierno.