Capítulo 4 - La Prueba

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Me giro, con nervios de incertidumbre; veo el espejo gigante... Y no reconozco lo que veo.

Es increíble que un tratamiento tan rápido haya cambiado un cuerpo como el mío. Mi sobrepeso ha desaparecido, los pechos que naturalmente no eran demasiado grandes, ahora son tremendos, pero absolutamente naturales, sosteniéndose solos por el desarrollo muscular de mis nuevos pectorales; el tono muscular es impresionante, pero aún no quiero flexionar, quiero ver como es mi cuerpo en estado de relajación. Me fijo en las piernas, y ya no son esos palillos de dientes que tanto odiaba, ahora tienen formas espectaculares como si un escultor las hubiese trabajado en una de sus obras. Me pongo de perfil y veo el trasero que me ha quedado, parece que haya estado haciendo sentadillas durante años. Mis abdominales en estado de relajación me dibujan una tableta de chocolate; no soporto la tentación, y me los acaricio. La dureza es excitantemente indescriptible; hundo mis dedos entre las onzas, intento apretar, pero son demasiado resistentes, no ceden; no puedo más y flexiono, los endurezco aún más, y veo como se expanden. Donde antes había seis pastillas claramente definidas, ahora aparecen dos más en la parte inferior y otras dos pequeñas en la parte superior, aparecen cordones musculares por los laterales, pero sobre todo, ha aumentado al doble de volumen. Cierro el puño y golpeo con todas mis fuerzas... ¡no siento absolutamente nada! Mi mano rebota, con algo de dolor en los nudillos; a éste punto ya empiezo a humedecerme.

Continúo con mi inspección visual. Los hombros se han ensanchado, y los brazos están totalmente torneados. Ahora tengo que flexionar, no lo puedo evitar y alzo los dos brazos a la vez y flexiono los bíceps; donde hace un instante había un brazo sexy, torneado, sin ningún tipo de colgajo, pero con un tono muscular moderado, ahora aparecen dos montañas musculosas, no del nivel de Pepa... pero casi; desde luego mucho más músculo que tenía Elisa. ¡No puedo esperar a probar lo que pueden hacer estos músculos! Hago una extensión tríceps, y el espectáculo sigue. Me giro y flexiono los gemelos, aparecen dos diamantes totalmente definidos. Por último flexiono los cuádriceps, y veo como la pierna se multiplica en volumen, aparecen cordones de músculos por todas partes. Tengo que probar mi cuerpo; todo este espectáculo ha tenido a la doctora como única espectadora silenciosa, la miro para ver su reacción, y está sonriente.

- Veo que te gusta en lo que te has convertido... te recomendamos que durante unas semanas vayas tapada por lo sitios que te conocían, para que no sospechen, y poco a poco ir destapando ese cuerpo. Como ya te hemos comentado, la fuerza que posees es muy superior a tu aspecto, incluso cuando flexionas los músculos la apariencia masiva sigue siendo ridícula en comparación con tu fuerza, por ello debes tener cuidado, puedes hacer daño a alguien o romper cosas. Te recomiendo que no hagas cosas de forma automática, piensa cada movimiento, aún así romperás muchas de las cosas que te rodean, pero por experiencia, en unos días estarás acostumbrada; ahora, si te parece, vístete, y vamos al gimnasio a probarte.

Me deja una ropa de deporte, con un top y una licra corta que me llega un poco arriba de mis rodillas. Me miro en el espejo, y parece que vaya a rodar un video musical o una lección de aerobics, mi cuerpo es irreal.

Bajo con la doctora, y Laura, al verme, se relame sensualmente, creo que me da su aprobación, y yo le sonrío con entusiasmo.

Pasamos al gimnasio, el cual está vacío, por lo que podremos probar cada cosa tranquilamente, sin espectadoras. La doctora se acerca a un mancuernero, donde hay todo tipo de discos de todo tipo de pesos, las que echo en falta son esas tan ligeras de gimnasios femeninos... la verdad es que aquí no tiene demasiado sentido. La doctora busca una de la parte central, me indica que las más pequeñas las podemos dejar por ahora, y me insiste que vamos a realizar una primera prueba de repeticiones con el brazo izquierdo con un peso moderado.

Me acerca la mancuerna, puedo leer que son 35 kg, es asombroso que la doctora pueda manipular ese peso con tanta facilidad; pero lo más increíble es que cuando me las da a mi, no siento su peso, es como agarrar un teléfono móvil. Se lo indico, me mira con asombro, y me sugiere que coja una mayor. Busco en el mancuernero y cojo una de 45 kg, solo queda una más grande; la sensación de peso es algo mayor, como un paquete de folios; se lo digo a la doctora, y viendo que no supondría un reto, me pide que use la mayor, 55 kg; la mancuerna es gigantesca, la agarro, y efectivamente la noto más pesada, pero nada exagerado. Se lo comento, ya de rutina, y me invita a realizar curls de brazo sin pausa, tengo que continuar hasta que esté exhausta, solo con un brazo.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2022 ⏰

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