Indiana Greeley no recuerda cuando conoció a Fred Weasley. Siempre había vivido a un par de casas de distancia de la suya y, cómo ellos dos y la hermana de Fred, Roxanne, eran los únicos niños del vecindario, no pudieron evitar el hecho de hacerse amigos cuando sus madres los llevaban a la plaza.
A Indiana le llamó la atención Fred desde el primer momento. Aunque ella no lo recordara, fue en aquella misma plaza. Estaba jugando en el arenero y de pronto, un niño con cabello naranja largo hasta los hombros pasó corriendo a su lado. Indiana se lo quedó mirando asombrada. Nunca había visto a nadie con pelo naranja. Él se dio cuenta, se acercó a ella con una gran sonrisa y en un par de segundos se hicieron amigos. Luego, le llamó mucho más la atención lo diferentes que eran con Roxanne, pero eso ya era otra historia.
Cuando su madre y la señora Weasley se hicieron más íntimas, hasta organizaban largas citas de juegos, normalmente en la casa de los Weasley, ya que su papá trabajaba desde su casa y le era imposible enfocarse en su trabajo con tantos niños corriendo alrededor. La casa de los Weasley era increíble, o al menos eso pensaba la niña. Su madre le había elogiado varias veces a la señora Weasley la decoración, pero lo que más interesante le parecía a Indiana era un reloj que estaba colgado justo al lado de la puerta del baño.
Al principio, lo único que pensó fue que ese era un lugar muy extraño para colgar un reloj, pero cuando se acercó un poco más, vio que en vez de números tenía frases como "en casa" y "en el trabajo" y, en vez de un minutero y un segundero, manecillas con la cara de cada uno de los integrantes de la familia. Cuando se animó a preguntarle a la señora Weasley para qué era ese reloj, la mujer rió y dijo que era un regalo en broma que les había hecho la abuela de Fred e inmediatamente desvío el tema de conversación. A Indiana le pareció extraño pero no hizo más preguntas.
Otro asunto que la confundió mucho fue el ver una lechuza en el cuarto de Fred. A principio de asustó mucho, pero el niño llamó al animal (cuyo nombre era Hestia) y este se posó tranquilamente en su antebrazo. Pero lo más extraño fue definitivamente cuando vio una escoba barriendo sola. Corrió a contarle a la señora Weasley, pero cuando logró arrastrarla hasta la cocina, la escoba ya no se movía. Indiana logró convencerse de que estaba viendo cosas por el sueño que tenía o que tal vez sólo era su imaginación, sin embargo jamás lo olvidó.
Fred era el mejor amigo de Indiana, pero era un año mayor que ella así que, cuando empezó el colegio primario, ya no tenía tanto tiempo libre para pasarlo en la plaza con ella. Lo veía una vez por semana; a Roxanne la veía todos los días, pero era demasiado pequeña y a Indiana no le gustaba jugar con ella.
Cuando Indiana cumplió diez años, a Fred lo enviaron a un internado. La niña se puso triste, pero la señora Weasley le dijo que, sí quería, podía escribirle una carta y ella se encargaría de hacérsela llegar. Indiana se emocionó y corrió a contarle a Fred todo lo sucedido en los últimos dos meses, especialmente el hecho de que ahora tenía un nuevo hermanito. Al darle la carta a la señora Weasley, una duda le llegó a la cabeza. ¿Por qué debía escribirle una carta a Fred? ¿No podría ser un correo electrónico? Sin embargo, no le preguntó.
Para Navidad, Fred volvió a su casa por una semana, pero fue suficiente para visitar a Indiana y contarle todo lo ocurrido en los meses que estuvo fuera. Claro que se entristeció cuando él tuvo que volver a irse, pero le prometió que para la semana de Pascua volverían a verse. Y con aquella promesa, Indiana comenzó el año nuevo.
Como había prometido, Fred regresó a los tres meses y, por presión de Indiana, la señora Greeley invitó a los Weasley a cenar a su casa el martes por la noche. Ni bien vio a Fred, Indiana corrió a abrazarlo y a contarle todo lo que se había perdido.
Antes de la cena, Indiana vio a Roxanne jugando con una de sus muñecas. Ella sabía que la muñeca debía estar en la repisa donde la había dejado. Nunca jugaba con aquella muñeca porque era su favorita y le daba miedo romperla. Cuando quiso sacársela, su madre le dijo que no lo hiciera porque Roxanne era pequeña y, además, los Weasley eran sus invitados.
Indiana se enojó. Roxanne tenía ocho años y ella no le había dado permiso para entrar a su cuarto y tocar sus cosas. Después de discutir un poco más con su mamá y que ella no le diera la razón, Indiana gritó. Los vidrios de las ventanas de la sala explotaron.
Roxanne comenzó a llorar, el señor Weasley y su padre entraron corriendo a la sala, Fred se había cubierto la cabeza y miraba atónito desde el sofá donde estaba sentado, Indiana y su madre estaban asustadas y la señora Weasley se quedó mirando fijamente a Indiana.
Los Greeley no sabían qué había sucedido. El señor Weasley recogió a Roxanne del suelo y la niña dejó de llorar, eso sí, no dejó ir a la muñeca en ningún momento.
—¿Qué fue eso? —preguntó titubeando la madre de Indiana.
La señora Weasley se acercó a la niña, suspiró y le puso una mano en el hombro mirándola con una sonrisa.
Luego de una larga y tensa media hora, la mujer les terminó de explicar a Indiana y a sus padres lo que había sucedido. Los adultos estaban sentados alrededor de la mesa teniendo una conversación e Indiana estaba en el sofá. Fred daba saltitos de felicidad alrededor de la niña.
Al principio, Indiana pensó que los Weasley le estaban jugando una broma pero, cuando cumplió los once años dos semanas después, y un hombre de baja estatura se presentó en su casa trayendo una carta dirigida a ella, supo que era verdad.
Indiana Greeley iría a Hogwarts.••••♥••••
Después de mucho tiempo les traigo está historia. Espero que disfruten leyendo tanto como yo disfruté escribiéndola.
Los amo mucho
Joss ♥♥
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Strangers || Fred II Weasley
FanfictionSi algo molestaba a Indiana era la indiferencia y, si esta venía de parte de alguien a quién ella quería mucho, esa persona se ganaba un lugarcito en su lista negra. Sin embargo, Fred Weasley no se dio cuenta de esto.