vi.

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Volver a su casa de la estación de King's Cross siempre hacía sentir extraña a Indiana. Por un lado, le alegraba volver a ver a su familia, por el otro, le recordaba a la vida que había dejado detrás al ir a Hogwarts; sus amigos, su colegio, su casa. Era como si viviera dos realidades distintas. Lo único que era constante en aquellas dos realidades, más que nada para mal, era Fred Weasley, quien en ese momento la observaba desde el umbral de la puerta.

Indiana suspiró y dejó sobre la repisa de la biblioteca el portarretrato con la antigua foto del señor Weasley y su hermano gemelo en sus años de Hogwarts. Estaban en la casa de los Weasley porque Angelina los había invitado a cenar para ponerse al día, aún cuando Indiana sabía de buena fuente que se reunían por lo menos una vez a la semana a comer. Al principio, ella pensó que le iba a ser incómodo estar en la misma habitación que Fred, pero luego se dio cuenta que eso no era necesario. Lo único que necesitaba era estar en la misma casa; si Fred estaba en la cocina, ella iría al comedor, si estaba en la sala de estar, ella se refugiaría en la biblioteca.

—Veo que me encontraste —dijo cruzándose de brazos.

—Mamá ya me estaba preguntando por qué no estaba hablando contigo —Fred entró a la habitación, acercándose un poco a Indiana.

—Y como era de esperarse inventaste una mentira ¿no? —preguntó la chica recorriendo con su mirada los libros en las repisas.

Fred soltó una risa que hizo que a Indiana le hirviera la sangre por un instante. No solo tenía que soportar tenerlo a su alrededor, sino que debía pretender que no le molestaba que la tratara como si todo estaba bien entre ellos.

—Recuerdo que siempre venías aquí cuando eramos niños —dijo poniendo las manos en sus bolsillos. Por el rabillo del ojo, Indiana vio como comenzaba a balancearse de adelante hacia atrás y sonrió internamente. Eso era lo que él solía hacer cuando se ponía nervioso y, ver que aún lo hacía le produjo una sensación de satisfacción; todavía podía leer perfectamente a Fred Weasley—. Si vamos a pretender que somos amigos vas a tener que dejar de ignorarme.

Indiana enarcó una ceja.

—¿Acaso esas palabras salieron de mi boca alguna vez? —preguntó con una sonrisa socarrona. La sonrisa se borró del rostro del chico.

—Te lo ruego, Indi —ya no había rastro del Fred confiado en si mismo en su voz—, si alguna vez me quisiste o consideraste tu amigo, ayúdame.

Por un momento, Indiana logró ver al antiguo Fred. A aquel que le había enseñado a andar en bicicleta, aquel con el que solía construir fuertes de almohadas en el medio de la sala de estar, aquel niño de cabello pelirrojo al que había conocido en el parque... Pero luego lo recordó. Recordó al Fred que la había ignorado durante cinco años en Hogwarts.

—No intentes pretender que todo está bien frente a nuestros padres, cuando en los pasillos ni siquiera recuerdas mi nombre. ¿Podrías explicarme, por lo menos, por qué esa indiferencia, o tal vez desprecio hacia mí en Hogwarts?

Fred clavó su mirada en el suelo, avergonzado.

—Lo siento, Indi —murmuró antes de salir apresuradamente de la biblioteca.

Ella suspiró y lo siguió fuera de la habitación porque ya era tiempo de cenar. Si le estaba siendo tan complicado hablar con él cuando estaban a solas no se quería ni imaginar lo que sucedería estando sus familias presentes.

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D

espués de cenar, los padres de Indiana decidieron quedarse un tiempo más en lo de los Weasley. Ahora, ambas familias estaban sentadas en la sala de estar. Los adultos estaban bebiendo café y enfrascados en una conversación para nada interesante, Roxanne leía un libro en una esquina, Fred lanzaba una pelota al aire y la atrapaba con una mano mientras observaba el techo e Indiana jugaba con su hermano.

El niño había aprendido a leer y jugaba a un juego en el celular de su madre en el cual tenía que reconocer las palabras. Indiana agradecía esos momentos que tenía con él ya que no lo veía a diario durante el año.

—Indi —la llamó Angelina—. Cuéntanos qué tal es Fred en Hogwarts.

Los nervios invadieron a Indiana de repente. ¿Qué se suponía que debía decir? No se había preparado para responder preguntas aunque, ahora que lo pensaba, debía haberlo hecho. Había actuado como idiota. Miró a Fred para pedir ayuda, pero él había entrado en pánico, al igual que ella.

—Oh, ya saben —respondió tratando de sonar natural—. Está muy ocupado con las prácticas de Quidditch y supongo que estudiando, asumiendo que eso es lo que hace cuando se junta con James y Lorcan —George soltó una risa y Angelina miró a su hijo con desaprobación—. Para ser honesta, estos últimos meses estuvo bastante ocupado con los EXTASIS y no estuvimos pasando mucho tiempo juntos, así que no sabría decirles si estuvo involucrado en algo ilegal —George volvió a reír. 

—Eso es una lástima —negó Angelina—. Es decir, me alegra que Freddie por fin le esté dedicando tiempo a los estudios, pero ¿por qué no pasas más tiempo con Indiana, cariño, ella es tu mejor amiga?

Fred tragó saliva sin saber qué contestar. En su esquina de la sala, Roxanne había quitado la vista del libro y se divertía con la situación. Indiana tuvo que admitir que si habría estado en su lugar también estaría disfrutando del sufrimiento de Fred y, tal vez muy en el fondo, aún desde su lugar, lo hacía.

—No la quiero molestar mucho, mamá —dijo él apresuradamente—. Indi también tiene amigos propios y está ocupada con los estudios y el Quidditch, no le quiero quitar el tiempo libre que tiene para pasar con ellos.

—No me molesta para nada que lo hagas cada tanto —una sonrisa maliciosa apareció en el rostro de Indiana—. Me estoy empezando a preocupar ya que se te está haciendo costumbre olvidarte de mi.

Roxanne disimuló las carcajadas con una tos muy exagerada y todas las miradas se dirigieron a ella. Fred miró a su hermana molesto y luego a Indiana.

—Lo siento —dijo una vez que se hubo calmado—. Me atraganté con mi saliva.

—Deberías hacer tiempo en tu agenda para Indiana —aportó George tomando un sorbo de su café.

—Intentaré no estar tan ocupado —respondió. Roxanne le dirigió una mirada cómplice a Indiana.

Un ruido seco y una nube de humo invadió la chimenea. Los padres de Indiana se sobresaltaron, pero ella y los Weasley no. Indiana sabía que alguien acababa de utilizar la red flu, solo que no podía averiguar quién era porque el polvo aún no se disipaba.

—Lo siento por venir sin avisar, tía Angie —dijo el recién llegado quitando las cenizas de su cabello. Indiana aún no lograba verlo pero ya sabía de quién se trataba—. Mamá y papá se fueron a Francia a visitar a tía Gabrielle y nos dejaron a Dom y a mí solos en casa, pero como Dom invitó a su novio y me daba asco solo pensar lo que podía llegar a pasar me vine para acá —dejó de hablar inmediatamente al darse cuenta que en la sala no solo estaban su tíos y primos y, al llegar a Indiana se la quedó mirando confundido—. ¿Indi?

—Hola, Louis —saludó ella con una sonrisa un tanto incómoda.

Indiana se alegraba de tener allí a alguien que consideraba su amigo, pero las cosas se estaban tornando cada vez más complicadas.

Strangers || Fred II WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora