One Shot's Ecuador harem [Country Humans]

☠-Enemigo Silencioso-☠

A petición de: Kiseki_UwU

Pareja: Rusia x Ecuador
Mención de la situación que vivimos actualmente
Chica x Chica

Aún con ojos adormilados caminaba descalza por el pasillo que la llevaba hacia el comedor y la cocina. Su cabello estaba completando alborotado y los tirantes de su blusa de pijama caían por los costados. Restregó una de sus ojos soltando un bostezo y miró a la persona frente a ella que se encontraba en la cocina. 

— ¡Buenos días!—saludó la tricolor con escudo arrastrando un poco sus palabras. Aún no parecía despertarse del todo. 

Sus cabello albinos se movieron un poco a la vez que volteaba. Una pequeña sonrisa se curvó en las comisuras de sus labios— ¡Buenos días! 

— ¿Por qué ya estás despierta y yo aún seguía en la cama? pude haberme quedado dormida—regañó la de escudo tomando impulso en sus brazos y sentándose sobre la encimera. 

— Te veías demasiado cansada, no quería despertarte aún...no es necesario que me hagas el desayuno todos los días.

La ecuatoriana extendió sus brazos en dirección a la rusa llamándola indirectamente con un ademán de sus manos— Pero de todas formas te gusta que lo haga aunque no quieras—sonrió a la vez que pasaba sus brazos por los hombros de la albina.

Rusia abrazó su cintura y dejó un pequeño beso en su nariz. Las mejillas de la de escudo se sonrojaron levemente— Lo admito...pero ahora tengo hambre de tus besos...—Apegó sus labios sobre la de escudo ejerciendo más fuerza en el agarre de su cintura. 

Ecuador sonrió dulcemente acariciando su corto cabello albino con delicadeza. Un corto pero profundo beso. Una de las manos de la tricolor rusa acunó una de las mejillas de la pelinegra en un ademán de protección— ¿Aún quieres que haga el desayuno?—La ecuatoriana colocó su mano derecha sobre la de la más alta que reposaba en su mejilla. 

— No es necesario, ya lo hice aunque no es lo mismo como lo haces tú—pasó su dedo pulgar sobre los labios humectados de la de escudo en una caricia. 

— Está bien, iré a ducharme...no quiero llegar tarde al hospital—se bajó de la encimera y volvió a besar los labios de la ojiverde de manera fugaz. 

Una sonrisa sincera apareció en los labios de Rusia. Cinco años conviviendo juntas luego del que padre de la euroasiática la echara de su casa al saber sobre las verdaderas preferencias sexuales de su adorada hija. Sin embargo esto no fue un obstáculo para ambas, supieron afrontar aquellas piedras que se encontrarían en su camino. 

Rusia siempre había sido una persona independiente—en ciertos puntos— bajo la tutela de la Unión Soviética, por lo que no afectó mucho lo sucedido. Luego de vivir en una familia discriminatoria de alguna forma se aisló de ella, su adolescencia había sido el peor infierno de muchos. 

En su vida actual aún habían grietas que recordaban día a día todo lo que había tenido que vivir para llegar hasta ahí. Todo lo que había que tenido que sufrir para amar libremente. Una adolescencia llena de muchos miedos, mentiras y traiciones. Aún recordaba con certeza el día en que su padre la encontró vistiendo la ropa de su hermano kazajo, un doloroso recuerdo.