Narra omnipresente
- para vigilarlo, es el misterio no.7 y no tiene a donde ir - explico el rubio con una sonrisa amable, Hanako-kun se estremeció por la respuesta del exorcista, aun sabiendo que es mentira eso no quita el miedo que siente al ser una aparición, - ya veo Teru-nii - dijo impresionado el rubio, "se nota que admira a su hermano" pensó Hanako-kun recordando a su propio hermano menor.
- llegamos - dijo algo alto el rubio mayor, unos pasos se oyeron bajar las escaleras de madera, una niña rubia se dejó ver corriendo a recibir a sus hermanos, - Teru-nii, Kou-nii - grito feliz la menor de los minamoto, dio un salto a los brazos de su hermano mayor y este la recibió en un cálido abrazo, - hola princesa - saludo al mismo tiempo que la atrapaba y alzaba en sus brazos.
La pequeña niña miró curiosa al azabache, - ¿quién es él?- pregunto señalando al chico más bajo, - él es...- silencio, incómodo silencio, parecía que no sabían como presentar al mayor de las apariciones, estaba muerto, y se le conocía como Hanako-san del baño, pero, ahora lo llaman Yugi Amane otra vez. - soy Yugi Amane - se presentó haciendo una reverencia, - soy Tiara Minamoto - saludo la pequeña rubia en los brazos de su hermano, - Amane-kun se quedará hoy a dormir princesa - informo con una sonrisa el mayor, ella asintió y de un salto se bajó de los brazos de su hermano.
Tomo la mano de la aparición y lo arrastro ala sala, a decir verdad la sala de la casa se veía bastante acogedora, eso lo hizo recordar algo, él nunca estuvo así con su familia. Su rostro mostraba lo nostálgico que lo ponía la escena del trío de rubios, el mayor lo noto y lo miraba con una sonrisa, desde cuando el séptimo misterio se veía tan lindo, - Amane -, el pelinegro levantó su cabeza para poder los ojos brillantes del mayor de los Minamoto, un rubor cubrió las mejillas del chico más pequeño en estatura, - ¿quieres jugar? - pregunto con mirada ilusionada la más pequeña mientras tomaba de la playera del joven de ojos ámbar, asintió con una dulce sonrisa el séptimo misterio. No recordaba la última vez que jugo de esta forma tan inocente y linda, el dejo de hacerlo cuando su hermano... Sin saberlo su mano comenzó a temblar mientras apretaba con fuerza su pantalón.
Los Minamoto se entristecieron al ver al pequeño pelinegro derramar lágrimas mientras tenía entre sus manos el oso de felpa. Amane levantó su mirada ligeramente al sentir unos pequeños brazos rodear su abdomen en un abrazo reconfortante, - no llores - dijo triste la joven exorcista al verlo llorar, el corazón del mayor de los gemelos se derritió de ternura ante el inocente y dulce acto de la menor de los Minamoto, le devolvió el abrazo con una sonrisa, era como revivir un abrazo con Tsukasa cuando tenían 5 años.
Estaba siendo muy sentimental por algo tan estúpido como eso, se secó rápidamente sus lágrimas con su manga, levanto su mirada con una muy convincente sonrisa fingida, ya estaba acostumbrado a fingir felicidad, - no estoy llorando, así que no te preocupas, Tiara-chan -. Nadie de los Minamoto quedo satisfecho con esa respuesta, pero sabían que no ganarían nada presionando al Yugi, - bueno, casi es hora de la lluvia de estrellas, bajaré el viejo telescopio de papá - anuncio el mayor en altura para después levantarse del tatami hacia el ático de su casa.
La más pequeña tomo la mano de su invitado y junto a su hermano Kou lo llevo a una habitación que claramente ya le pertenecía a alguien, - nii-san debe tener por aquí una manta para ponerla afuera - menciono el chico rubio mientras sacaba una vieja manta del armario del hermano mayor, Amane ayudo a llevarlos al patio trasero de la casa. La casa de los Minamoto era rústica, o más bien era el típico estilo japones, así que era grande, aunque cuando él vivía lo hacía en un pequeño departamento con su madre y Tsukasa.
Al llegar al jardín Teru ya estaba ahí, tratando de armar el telescopio, - ya está listo el telescopio, pueden poner los tatamis aquí - anuncio con una sonrisa brillante Teru, todos tomaron asiento en la manta, el cielo empezo a oscurecerse y ser iluminado por luces que pasaban de forma fugaz. Los ojos del Yugi se iluminaron ante tal espectáculo, se acercó al telescopio y coloco su ojo derecho en la ranura observando los astros. Hermoso, era lo único que describía a Amane Yugi en esos momentos, claro según los pensamientos de Teru Minamoto, es que, el verlo con ese par de ojos color ámbar brillante el cual reflejaba asombro e ilusión, algo que nunca creyó poder ver en una aparición y mucho menos en el séptimo misterio.
De forma discreta el Yugi sintió una mano posarse sobre la suya y apretarla cariñosamente, la mano era visiblemente más grande que la de él, se sentía un poco rasposa, pero eso no quitaba el hecho de que su corazón parecía querer salirse de su pecho, que sus mejillas ardieran y hormiguearan, que sintiera las famosas mariposas en el estómago, y eso no quitaba el hecho que todo eso se lo provocaba su enemigo natural, un exorcista, Teru Minamoto.
No sabe cuando puso su cabeza en el hombro del rubio mayor, se sentía seguro, sentía que si Tsukasa viniera a "jugar" con el de nuevo, ahora tendría a alguien que lo protegería, eso espera, quiere creer que aquel hombre rubio lo va a proteger, que le dará el amor que nunca tuvo en su vida pasada. Sabe que está siendo egoísta, pero podrían juzgarlo, las muestras de afecto le son muy raras, pero cuando las recibe las aprecia con toda su alma, no las merece, no merece sentir esto, no merece que Teru lo quiera, es un asesino, merece pagar por lo que hizo.
Pero, solo por este momento, por este pequeño lapso de tiempo quiere ser egoísta.
Perdón, perdón por no publicar, pero como ven no he abandonado la historia, seguiré publicando.
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Extraño nuevo estudiante ( teru x hanako-kun)
FanfictionEl séptimo misterio de la escuela kamome es afectado por una nueva aparición, pero algo pasa y en el proceso para sobrellevarlo, se enamora del hermano mayor de su amigo kou.