Extraño nuevo estudiante ( teru x hanako-kun)

Navidad

Primero que nada. Este capítulo se ubica en una realidad lejana. Y puede o no puede volverse canon en este fanfic.

La nieve caía en una suave cortina blanca, las luces pomposas y cegadoras decoraban casas y calles, las personas caminaba felices vestidas con chamarras y abrigos esponjosos.

Amane se encontraba vagando por las calles en camino a la casa Minamoto, su pequeña y linda nariz de botón parecía una cereza, la bufanda roja con su inicial se caía de su pequeño y enclenque cuerpo. Mientras vagaba por las tiendas que estaban a punto de cerrar por la hora y fecha, se encontró con ropa a juego para pareja, y quedo fascinadamente  avergonzado.

Una risa nerviosa abandono los labios magenta, un sonrojo dejo de lado ala frío de sus mejillas. Las prendas eran unas camisas a juego de color azul y rojo, ambas con detalles dorados y botones del mismo color. Decidió prefirió comprar unas corbatas y bufandas a juego. Él mismo las personalizarían, y agradecía internamente a su mejor amiga.

...

Estaba en su cuarto, sentando caliente en la cama matrimonial, con una cesta de estambre de color dorado, estaba cansado de hacer eso desde hace 5 días. Y no lo juzguen, tenia niños que cuidar.

Hablando de niños.

La puesta se abrió y un par de gemelos rubios entro por esta, con peluches a juego de ositos cafés vestidos con un suéter rojo con estampado de copo de nieve.

— Mamá — chillaron ambos mientras se lanzaban ala cama.

Quedando ambos con el rostro enterrado en el colchón y sus pequeños brazos sobre los muslos de su madre. Levantaron la cabeza del colchón, con una sonrisa igual ala de su padre.

— ¿Qué sucedió pequeños príncipes?.

Los niños lo miraron con ojos parecidos a los de su tío. Y un escalofrío recorrió el cuerpo del castaño.

— El tío Kou va a venir con la tía Nene — respondieron sonrientes y emocionados.

— Ya veo — suspiro melancólico el hombre sonriendo tristemente mirando la nieve caer lentamente.

Amane bajó la mirada a los pequeños suéteres con bordado de  dragón que estaba haciendo. Luego miro a sus hijos que lo miraban curiosos.

— Ya no debe en tardar su padre, bajemos a esperarlo.

Los pequeños asintieron y de un salto bajaron de la cama, salieron corriendo al comedor. Amane bajó mas lento y perezoso las escaleras.

Teru abrió la puerta de la cocina mientras el terminaba de preparar el katsudon, lo encontró con un mandil rosa pastel con corazones pegado con pegamento para niños pequeños, y rayones mal hechos en un intento de decir  "te quiero mamá ".

— Ya llegué — menciono tranquilo y relajado el rubio mientras se acercaba  al más bajo.

— Bienvenido— respondió con una sonrisa.

El rubio abrazo por detrás al castaño, el cual en respuesta se doblo sobre si mismo para depositar un dulce y cariñoso beso en los labios de su esposo.

Con ya casi 8 años de casado podía decir que sus sentimientos por ese hombre no había cambiado. Y con toda seguridad podía decir que se enamoro más de él al verlo como padre.

— Te tengo una sorpresa — susurro en el oído de su amado esposo.

El aliento de Teru provoco una suave risa de parte de Amane. Dejo de mover la carne y le presto completa atención a su esposo.