Capítulo 2

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Harry observaba toda la gente apresurada entrando al instituto. Suspiró, y caminó hasta entrar. 

Estaban todos hablando, bromeando, riendose, y Harry ahí, haciendo nada, solo observando cada cosa. Entonces ahí escucha una voz a sus espaldas.

-¿¡Harry!?.

Harry se voltea.

-¡Liam!.- Dijo Harry sorprendido y con una sonrisa.

Liam sonríe y se dan un corto abrazo de unos pocos segundos.

-¡Tanto tiempo Harry!.- Dijo Liam emocionado.

-Cierto.- Dijo Harry mirando hacia abajo.

-¿Como has estado?.- Exclamó Liam.

-Excelente, ¿tú?.

-Genial.- Dijo Liam con una sonrisita.

Sonó el timbre. Todos estaban ingresando a sus salones.

-Vamos Harry.

-¿Que haces por aquí Liam?.- Dijo Harry frunciendo el ceño confundido.

-Me he mudado, ¿te molesta?.

-¡No, para nada! está genial.-

Harry apresuró el paso. Ambos llegaron al salón de clases.

-Buenos días chicos, soy Tiffany. Su nueva profesora. Tomen asiento y hagan silencio.

Al parecer el carácter de Tiffany no era agradable para cualquier persona.

Harry estaba aburrido, ya deseaba poder salir de ese maldito lugar que lo tenía encerrado tantas horas del día.

Pasaron dos largas horas aburridas. Casi la hora del almuerzo.

-Harry.- Susurró Liam que estaba sentado en un banco a su lado.

Harry lo miro de reojo y volvio a su tarea.

-¿Que pasa Liam?.- Susurró Harry

-Mira esa chica que está allí en la primera fila.

Harry busco con su mirada a la chica.

-Mmh, ¿Que sucede con ella?.- Dijo Harry frunciendo el ceño.

-Es bonita.- Dijo Liam con una sonrisa picara.

Tiffany los interrumpe.

-¡Silencio!.- Gritó enfurecida.

-Uy.- Susurro Liam.

Harry se quedó inmóvil, no emitió ningún sonido. Él era tranquilo, y no quería llevarse mal con nadie. Por eso se quedó callado y concentrado en su tarea. Mientras que Liam seguia molestando y cotilleando con sus compañeros, o rayando y dibujando todo el banco.

Llegó la hora del almuerzo. Todos salían del salón y se dirigian al patio, a las escaleras, o a la cafetería.

Harry esa mañana no había podido desayunar bien, ya que se levantó tarde y no daba el tiempo. Entonces decidó ir por un café. 

Caminó hacia la cafeteria, que se encontraba ubicada al lado de la sala de arte. Estaba repleta de alumnos ansiosos por poder salir a devorar sus pedidos. No le quedó otra que esperar. Se sentó en un banco que estaba allí. Al fin salieron casi todos, solo quedaban 3 o 4 esperando por su pedido. Harry entró, se acercó al mostrador y se encontró cara a cara con uno de los empleados que atendía allí.

-Buenas tardes, ¿que desea?.- Dijo el joven sonriente.

-Quiero un café cappuccino y una medialuna por favor.

Harry al ver esos hermosos ojos azules, esos finos y delicados labios, esa voz angelical que tenía sintió un cosquilleo en el estómago.

El joven fue en busca de su pedido, y en unos minutos ya estaba ahí, con todo preparado.

-Son 3 ₤.- Dijo el joven con una sonrisa.

Harry se lo quedó mirando, el joven lo miró confundido.

-¿Sucede algo?.- Dijo el joven frunciendo el ceño confundo.

-N-no, disculpe.- Tartamudeó Harry avergonzado.

-No hay problema.- Exclamó el joven sonriendo.

Harry busca en el bolsillo de su pantalón de jean el dinero. Se lo entrega, se despiden con una sonrisa, toma su pedido y se retira. Buscó algun lugar para poder almorzar tranquilo y sin interrupciones. Caminó hasta que vió la biblioteca, pensó que ese era el lugar indicado, ya que había mucho silencio.

Entró a la bilbioteca, eligió una mesa para ahí sentarse. Iba a empezar a degustar, cuándo se le ocurrio tomar algún libro al azar para que la encargada de la biblioteca no sospechara de que él estaba ahí solo para almorzar.

Escogió un libro cualquiera y se sentó. Miró la portada del libro y vió que era una obra de John Boyne, el libro era "El niño con el pijama de rayas". Lo abrió y comenzo a leer.

Solo Amigos - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora