Capítulo 3

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Cecilia

Justo ahí sentando en la mesa distraído y hermoso como él solo, me dispuse a caminar hasta que me vio y se levantó.

- No quiero incomodar con lo que te diré pero...  he visto mujeres hermosas y sin duda alguna tú belleza es incomparable.- me sonroje enseguida y le devolví el cumplido.

- Mira quien habla de belleza, estás guapísimo.

- Gracias, por favor sentemos- dijo rodando la silla para que me siente.

- Disculpa si te hice esperar es que se me hizo un poco tarde- le dije apenada.

- Tranquila, no llevo aquí más de 5 minutos- me sonrió.

- Gracias a Dios, porque si no que vergüenza- dije poniendo las manos en mi cara-Odio hacer esperar a las personas- dije quitan las manos de mi cara y poniéndolas a la altura de mi mentón.

- Estamos totalmente de acuerdo en eso, la puntualidad ante todo. Hoy te ví actuar y solo quiero decir "WOOW"- eso último lo dijo con cierta emoción que hizo que yo sonriera.

- Ay Paco por favor, no exageres-  Le dije riendo y poniendo mi mano en la cara para sostenerla.

- No exagero me encanta ver cómo te apasiona lo que haces y sobre todo la llamativa forma de hablar de Paulina es tan... Tan... Ella, la amo- su cara al hablar sobre mi trabajo era inexplicable y eso me gustaba.

- Pues tienes que amarla, es tu ex mujer y la madre de tu hijo- dije riendo ante mi comentario.- Su manera de hablar llamativa es porque toma un medicamento llamado "tafil" eso es un antidepresivo, ya que después de que su esposo la dejara para convertirse en mujer, entró cómo en una clase de conflicto interno.

- Sin duda alguna Paulina de la Mora va a ser todo un rollo- sonrió.- Cómo hiciste para encontrar ese tono?

- Siempre en mis trabajos trato de hacer que cada personaje tengo algo diferente, quizás su acento, su manera de caminar, esos detalles que marcan al personaje- Paco parecía encantado con lo que le decía.

- Eso habla lo buena actriz que eres, ahora entiendo porque eres la consentida de Manolo, serías mi consentida también.- Eso último que dijo me pareció extraño pero preferí ignorarlo, gracias a Dios apareció el mesero y podio nuestras ordenes.

- Ceci podrías pedir por mi, no sé que pedir y quién mejor que tú para aconsejarme.- dijo poniendo el menú en la mesa y mirando fijamente.

- Claro que sí, bueno yo quiero unos chilaquiles y al señor tráigale un pozole, y para tomar, por ahora dos tekilas y para acompañar la cena su mejor vino.- me sentí segura de mi orden hasta que voltee a ver a Paco y tenía cada de confusión así que le dije:

-Tú tranquilo que te va a encantar- le guiñe un ojo.

- Confiaré en ti- dijo algo nervioso.

- En un momento traigo su orden y la de su esposo, con permiso.-el  mesero se fue y ambos reímos por lo que dijo.

- Eso quiere decir que lo estamos haciendo bien, ya que el pensó que eramos pareja.

- Eso es cierto- le sonreí.

- A ver, quiero que me cuentes de tí, cualquier cosa- Dijo poniendo ambas manos en cuanto barbilla.

-Cualquier cosa?- le dije pensando en que podría contarle.

-Si, sorprendeme- dijo subiendo y bajando las cejas.

- Pues... Mi primer nombre es María pero no me gusta, por eso obligó a la gente de cierta manera a que me llamen Cecilia.

Una Noche Para ConfundirnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora