Cecilia
-Cómo es eso de que crees que te enamoraste de él?- dijo Manolo confundido.
- Ceci, no puedes creer amar alguien, lo amas y estás segura o simplemente solo te gusta- dijo seguro de sí.
- Eso es lo que no sé y necesito que me ayudes a entenderme, estoy tan confundida, este sentimiento es nuevo para mí y pensé que ya a mis cuarenta y cinco había visto y sentido todo- dije mientras me lanzaba boca abajo en la almohada.
- A ver, cómo se comporta el contigo?- yo me acosté boca arriba y el se quedó sentado escuchando.
- El es muy lindo y romántico, siempre es espontáneo y buscá la manera de hacerme sonreír- dije mientras sonreía, el solo me escuchaba con atención.
- Qué te llama la atención de el?- yo suspiré.
- Me gusta su forma de ser que siempre haga lo que se le da la gana, me gusta la manera en la que piensa, me gusta su sonrisa, sus ojos y su cara, el me gusta- el asintió.
- Estás escuchando lo que estás diciendo verdad?- yo puse cara de confundida y el prosiguió.- Mientras hablabas siempre usaste el término "Gustar" nunca dijiste "amo" y esas dos cosas, mi querida amiga son totalmente diferentes, puede que el hecho de que pases todo el santo día con el te haga confundir, pero solo te gusta- yo me quedé pensando unos minutos y tenía razón, suspiré y el dijo.
-Además de que tu también habías estado un largo tiempo sin tener este tipo de atención y no es que quiera decir que te falta amor, si no que quizás estás confundiendo todo.
- Crees que deba detener todo esto?- dije mirándolo.
- Esa pregunta no me concierne a mí, tú crees que deberías detenerlo? Yo solo opino que tienes que tener cuidado, ya que te gusta y por la manera en la que hablas de el, presiento que la cosa va a terminar un poco mal, pero te hago la pregunta de nuevo, Quieres detener esto que estás teniendo con el?- Lo pensé unos minutos.
- No... Tienes razón, quiero correr el riesgo, y me va a valer verga lo que digan los demás, quiero ser feliz- dije segura.
- Ustedes ya?- dijo Manolo con cara pícara.
- No Manolo, que dices, o sea, ganas no me faltaban pero con él la cosa no iba por ahí, nunca pasamos más allá de un par de besos y así.
- Gracias a Dios, ya que sin con un par de besos estás así, no quiero saber cómo estarías si hubieran hecho, ya tú sabes- dije haciendo señas con su mano, yo solo me levanté y le di con la almohada mientras reía.
- Ay ya cállate, baboso- el río.
- No es cierto, sabes que solo lo hice para hacerte sonreír, pero volviendo al tema, me parece lo más razonable para ambos y sobre todo para tí- yo suspiré y asentí.
- La verdad, sí- el puso su cara de estúpido así que le expliqué.
-Hablo de que es mejor ver qué pasa con él que quedarme con las estúpidas ganas cómo siempre por cuenta de los demás, no quiero salir lastimada pero en serio quiero ser feliz al menos por un tiempo-Dije acariciando mis manos.
- Ohhh, ahora ya entiendo todo, estás segura que eso es lo que quieres?- pregunto el algo preocupado.
- Si, y ya tranquilízate, todo va a estar bien, se supone que me venías a dar ánimos a mí, no yo a tí.
- Es que... Solo quiero que seas feliz y el te a cambiado tanto, que no me imagino que tus ojitos se vuelan apagar de nuevo
- De que hablas?
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Una Noche Para Confundirnos
AcakUna vez escuché que lo imposible es por definición probable y eso les pasó a Cecilia y Paco, que aunque el mundo girara en su contra el tiempo puso a cada uno en el lugar que merecía, que era en los brazos del otro; porque cuantas más barreras le po...