HISTORIAS Y SUEÑOS

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Desperté con pesadez, la verdad no sabía ni en donde estaba, y tampoco es que me importara mucho. Tuve que sentarme mientras tallaba mis ojos que se sentían hinchados, y como no, si llore agotando probablemente, todas las reservas de lágrimas para todo un año.

Tarde un muy buen rato estabilizando mis pobres sentidos adormilados, cuando por fin presté atención a mi alrededor, dándome cuenta que estaba en una habitación que no recordaba antes.

<Seguro que tío Stan me trajo hasta aquí.>

Todo era muy lindo, pude ver mis maletas en una esquina y esta cama era realmente cómoda, enserio quise disfrutar de la comodidad de las sábanas al menos un poco más, pero el silencio y vacío alrededor, hicieron que un clic se escuchara en cerebro, y como una bomba de información, todos los recuerdos de hace poco me inundaron de golpe.

-Dipper...- Sé que suelo ser muy intensa, tal vez mi forma de actuar fue muy pesada, pero su forma de actuar ¿Enserio una persona podía cambiar tanto? Aun dolía recordar sus expresiones... sus palabras, él no era el Dipper que conocía, pero ¿por qué? ¿Que había orillado a mi hermano a ser de ese modo? Eso tenía que averiguarlo y tenía todo el verano para hacerlo.

El gruñido de mi estómago me reclamo, sacándome de mis pensamientos.

Vi un reloj pegado a la pared, justo al frente de la cama, indicándome que ya eran las 8.pm. Sí que me había pegado una buena siesta.

<Pase el día sin comer, realmente muero de hambre, será mejor que baje a picar algo.>

Pero no pude ni salir de cama cuando se escucharon unos muy leves golpecitos contra la puerta.

- Mabel ¿Estas despierta? Soy yo ¿puedo pasar?

Era la voz de Samuel, quien susurraba. Me acomode un poco, intentando peinar mi cabello con los dedos. <De seguro que debo de parecer un vagabundo.>

Después de unos segundos, finalmente le dije que entrara.

Su figura paso por la puerta, el traía sus manos una bandeja en la que resaltaban unas tostadas y lo que parecía ser té.

-Tuviste un día largo, Stan dijo que necesitabas descansar, pero insistí en traerte algo de comer, espero que no te moleste.

Me miró con una sonrisa ¿cómo podía hacer que me sintiera tan cómoda? y la pregunta más importante ¿Cómo podía ser tan guapo?

-No, para nada, es más, me salvaste, tenía mucha hambre, gracias por insistir, pero, yo pude haber bajado. - -Aun así, es un gran detalle, de nuevo, gracias.

Él se sentó en el pequeño sillón al lado.

-Mira, tostadas con miel, ya sabes, para que te alegres un poco, y también traje un poco té de manzanilla para que te relajes, lo lamento, pero pareces un mapache, uno muy lindo. - esa última frase me hizo sonrojar un poco.

- Oh vaya, perdón, lo dije sin pensar. – Lo vi ruborizarse también ¿Este chico es enserio humano? Ser tan hermoso debe de ser un delito.

Y recordé lo de las ojeras, por los exámenes finales, las llamadas nocturnas con mis amigos y, sobre todo, por la emoción del viaje, no había podido dormir muy bien estas últimas semanas.

-Jajaja no te preocupes, después de todo, es verdad, digo, lo de las ojeras, con todo esto lo había olvidado, son muy notorias ¿no? Debo de verme muy fatal. – Gire la cabeza al lado contrario de él. < ¡No es posible! Un chico hermoso delante de mí, y yo luciendo como un hobitt> Ahora estaba realmente avergonzada.

Escuché una breve risa y de un momento a otro lo sentí más cerca, tanto que su mano tomo mi mentón. Ahora lo estaba viendo fijamente.

-Sí, son un poco notorias, pero no te quitan lo encantadora. – Como podía decir algo tan... lindo, estando tan tranquilo.

JUEGO ENFERMIZO  **PINECEST** DIPPER Y MABELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora