VOCES Y BESOS

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NARRA MABEL:

Sentía como si estuviese flotando, mi cuerpo no era más que una pluma, a lo lejos podía escuchar unas leves voces ¿Qué decían? No podía entender nada, solo quería seguir así, en la nada.

-¡¡MABEL!! ¡¡¡Reacciona!!! ¡¡¡MABEL!!!

-Esta inconsciente Stan, no nos escucha, debemos llevarla al hospital.

-¿Para que? Esos idiotas con bata solo le conectarán cosas innecesariamente muy caras. Ford sabrá que hacer, llevémosla  a la cabaña, ¡¡apresúrate!!

Las voces se hacían cada vez más fuertes y cercanas, aun no entendía nada de nada pero por alguna razón quería quedarme así, no sabía donde estaba ni con quienes estaba, ni siquiera recordaba como me llamaba, todo era color de rosas, ahora estaba en un mundo que se me hacia conocido uno muy lindo, pero La Paz interna que sentía se iba desvaneciendo poco a poco. Algo me estaba impidiendo pasar. ¿Acaso era Mabelandia? ¿yo soy Mabel? Ya no interesaba.

-¡¡Que haces Stanley!! Sacudiéndola así no resolverás nada.

-¿Y tu protegido si lo hará? Solo cállate Ford. Recuerda que esto es tu culpa.

-Ya basta ustedes dos, esta reaccionando, dejémosla respirar.

Sin saber como o porque, mis parpados se abrieron, sentí un repentino dolor de cabeza y como el aire volvía a todo mi ser. Al parecer estaba recostada y mis manos estaban aprisionadas por otras. La luz no me ayudaba a diferenciar las cosas, esto era un caos.

Después de unos intentos logre diferenciar al fin mi entorno, Samuel y Stan sujetaban mis manos muy firmemente mientras que tío Ford estaba frente a mi con los brazos cruzados. 

<Creo que es mi deber romper esta horrible tensión.>

-Ho... hola - El intentar hablar solo remarco ese horrible dolor que sentía en mi garganta, mismo que había ignorado desde que desperté.

Tío Stan suspiro muy pesadamente, se veía demasiado preocupado.

-Es toda tuya, Samuel vámonos, este nerd sabe que hacer, tu y yo en cambio, tenemos que matar a alguien.

Samuel me dedico una ultima mirada antes de salir tras Stan. ¿Tan mal me veía? 

-Mabel, me alegra que hayas despertado pero por favor mira aquí, necesito verificar que todo este bien.

Me apuntó con una linterna rara que había sacado del bolsillo interno de su saco. 

-Veamos la dilatación de tus pupilas... mmm interesante - mientras decía eso anotaba cosas en un pequeño cuaderno. 

-Ahora veamos tu pulso. - Me tomo de la muñeca aplicando un poco de presión. - Tu ritmo cardíaco se normalizó, tienes suerte.... si el te hubiese seguido....si lo hubiese hecho por más tiempo. Pauso para aclararse la garganta. -Otra seria la historia, el oxígeno no llegaba a tu cerebro, eso hizo que pierdas la consciencia. Sabes, si llegaba a pasar por más tiempo, tus sistemas centrales colapsarían, tu lengua hubiese salido por la presión y ni que hablar de tus ojos además....

Lo interrumpí de inmediato, no quería saber todo eso, rayos no. - Si tío, no quiero tener esa imagen de mi misma atormentandome.

El se disculpo rascándose la nuca y riendo un poco. - Ahora lo que necesitas es descansar, no hagas movimientos bruscos que puedan desestabilizarte y trata de no forzar tus cuerdas bocales, mas allá de eso, estas en perfectas condiciones. Es una suerte que tu garganta este intacta, juraría que con la fuerza, tendrías como mínimo una fractura. 

-¡Tío!- Una vocecita ronca salió de mi. Y allí me di cuenta, estabas en la cabaña, más precisamente en mi habitación, oh mierdolas.

- Yo... lame...lamento. -Joder, hablar era un martirio. -El camp...amento, lo... lo arruine.

JUEGO ENFERMIZO  **PINECEST** DIPPER Y MABELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora