UN ARCOIRIS GRIS

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NARRA MABEL:

Hoy todo me sabía amargo y lo peor, es que no sabía por que. Me habían pasado tantas cosas que ya no se diferenciar que es lo que me esta haciendo mal. Recordar lo de Dipper ya es masoquismo, en mi cuerpo entra un escalofríos cada vez que mi mente se acuerda de lo cerca que estaba el de mí pero, eso no es lo que me descoloca, si no el como mi cuerpo reaccionaba a favor de su contacto aun que tal vez me estoy rompiendo la cabeza por nada, debo de tener en cuenta que antes de que me encontrara con el, estaba muy bien acompañada por Samuel y justamente ese es el siguiente punto, Samuel. Lo que siento no es arrepentimiento, para nada, pero ahora no se como verle al rostro sin que me muera por los nervios y por ultimo pero no menos importante son las pocas horas que dormí, las pocas dos horas que mi cerebro tuvo para descansar de este martirio que es mi vida.

¿Por que solo dos horas? pues lo explican estas dos voces que no paran de gritarme y agitarme.

-Ahhhhhhhhhhhhhh - Gritaba una a mi oído derecho.

-Ahhhhhhhhhhhhhhhh- Y la otra atacaba por el izquierdo.

Esa es la razón. Mis queridas mejores amigas habían decidido venir a la cabaña, pero no a cualquier hora, no. Vinieron a las siete a.m. Hora en la que ni siquiera Stan esta despierto. Me alegra verlas y estoy tan emocionada como ellas pero, mi querido cuerpo no va al mismo ritmo de la situación.

Todo empezó a las cuatro a.m. después del sermón de Stan, subí lo mas rápido que pude hacia mi habitación,  solo allí pude meditar en lo que había pasado. La cercanía de Dipper había sido demasiado peligrosa... peligrosa para mis hormonas, ese pensamiento me había asustado tanto que no pude resistir y les escribí a mis amigos. Por supuesto, obvie algunas partes, como que casi pierdo mi virginidad con un chico que apenas conocí y que mi hermano intento matarme en varias ocasiones. Pero aun así me sirvió desahogarme con ellos, claramente ninguno respondió dadas las horas en las que se me ocurrió escribirles, pero sacar lo que sentía dentro de mi, ayudo bastante.  

Sin darme cuenta ya había pasado una hora, estaba dispuesta a dormir hasta las cinco de la tarde si era necesario, pero como siempre, todo lo que planifico me sale mal.  A las siete de la mañana, alguien toco mi puerta, no tenia intenciones de abrirle a nadie, ni al mismísimo Jesucristo anunciando el fi del mundo , pero al escuchar la voz insistente de tío Ford no tuve otra opción más que  llevar mi torpe trasero a la puerta. 

El me vio muy sorprendido pero no dijo nada, lo cual agradecí, de seguro había notado lo mal que me veía, yo me entere de eso cuando me vi en el espejo del baño, la cuestión es que me aviso que tenia visitas, por lo que Samuel me había dicho la noche anterior, sabía de quienes se trataban. Le agradecí a mi tío y salí corriendo hacia la ducha pensando que eso me daría energías, pero como este mundo me detesta, no salieron mas que frías gotas heladas con las cuales tenia que bañarme, pero la cosa no termino allí, nooo. Tenía un lindo vestido de arcoíris que ponerme para hoy... si, tenía, porque apenas salí de ese infierno helado, tropecé con la espuma de mi shampoo favorito, cayéndome yo y el vestido con el cual intente sujetarme... mi trasero salió muy resentido de ese baño. 

Al final, intente ser lo más optimista posible, use otro atuendo, no tan lindo como mi vestido, pero ropa al fin y al cabo. Un shord negro y una blusa de nueves un poco escotada fueron mi salvación. Baje lo más rápido posible directo hacia la cocina, me disponía a desayunar algo rápido, en mi mente estaban unas tostadas y un jugo de naranja o en el peor de los casos, el cereal de tío Stan, pero no, la vida me escupía una vez mas en la cara, en la cocina estaba Ford preparando café, cuando me vio intentando buscar el jugo, me dijo que hoy era lunes, yo no entendí por que me decía algo tan obvio, hasta que mi tonto cerebro recordó algo... Stan va al supermercado todos los lunes, para llenar la despensa, y Stan aun seguía dormido... lo que quería decir que en la cabaña no había mas de lo que mis ojos podían apreciar, un frasco de granos de café, y barras de brócoli, horrendas barras de brócoli que claramente eran de tío Ford. Mundo trágame y escupeme en China.

JUEGO ENFERMIZO  **PINECEST** DIPPER Y MABELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora