JUEGO ENFERMIZO **PINECEST** DIPPER Y MABEL

UNA ADVERTENCIA

MABEL

Por fin había llegado el gran día, día en el que, después de tanto, tanto, tantoooo tiempo vería a mi querido hermano.

Mi padre me esperaba junto a Matthías y Barbara en el auto mientras que mamá se aseguraba de que no me olvide nada, el día de hoy todos estamos nerviosos.

Después de 10 minutos entre regaños y chequeando una última vez mis maletas, mi madre y yo subimos al auto.

Fue un viaje bastante corto gracias a las ocurrencias de mi padre y Matth, ese par eran una bomba cuando se juntaban, a papá le caía muy bien, demasiado bien, diría yo. Siempre que podía, insinuaba cosas entre mi amigo y yo. " Seré un buen suegro lo juro" Fue lo último que escuche que dijera. Mientras tanto Mamá y Barbara hablaban del clima o algo así. Yo solo los escuchaba.

Y sí, en menos tiempo de lo esperado, ya estábamos en el estacionamiento de la terminal. Cuanta nostalgia me traía este lugar.

< hace años un par de gemelos, caminaban rumbo al verano más fantástico de su vida, y sin querer al lugar donde se separarían y no se volverían a ver>

Sacudí la cabeza para despejar esos pensamientos tristes, al menos hoy, quiero tener la mente limpia.

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JUEGO ENFERMIZO

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-Mabel cuídate, y mandamos muchas fotos, ponte bloqueador y abrigarte si hace frío.

- querida se irá solo por dos meses, ya tranquilízate.

Mis padres se despedían de mí, aunque claro que mamá pensaba que me iría a la guerra o algo por él estilo ya que traía una cara de espanto puro.

Mire a mis amigos quienes me extendían sus brazos hacia mí.

-Te vamos a extrañar mucho boba, recuerda llamarnos todas las noches. - Dijo mi amigo apretujándome entre sus brazos.

- Y enviarnos fotos de tu dichoso gemelo. - Acoto Barbara.

-GRAVITY FALL OREGON, ULTIMO LLAMADO. - Interrumpió la voz del conductor.

-creo que es hora de partir. - Gire hacia el autobús dispuesta a subir mis cosas.

-Espera. - Me detuvo mi padre, quien me abrazo una última vez. - Te amamos, los amamos a ambos, recuerda eso cuando lo sepas.

Esas palabras me confundieron mucho, pero cuando quise cuestionarle, él ya me había soltado y empujado dentro del autobús, mismo que comenzó a moverse a penas la puerta fue cerrada.

Solo alcancé a mover la mano como ultima despedida y emprendí mi camino hacia mi asiento. Esta vez viajaba con tres maletas, así que iba un poco apretada.

Cuando el autobús salió por completo de la ciudad, una punzada de nervios ataco en pecho. Un temor inexplicable que me decía que algo andaba mal. Mi Mabel sentido me lo decía. <Definitivamente ya no hay marcha atrás>

Mis manos estaban sudorosas ¿y si no me reconocía? ¿Qué tal y se unió de nuevo a esos hombre-tauro y ahora es todo un salvaje? Eso explicaría por que tanto misterio. ¿Me atacaría por defender su hombría? Me di una bofetada mental, debo de dejar de pensar en tonterías.