The End {Daryl Dixon}

37. I'LL MISS YOU.

Anduvimos por el bosque con mucho sigilo y de manera lenta ya que Daryl no podía apoyar la pierna, por lo que llegamos a Alejandría cuando el Sol empezaba a ponerse de nuevo.

Una vez delante de la puerta, fue Diana la que nos abrió.

—¿Quién es ella y por qué lleva caminantes atados? —preguntó de forma dura.

Dirigí mi mirada a Michonne, pidiéndole permiso para hablar yo por ella. Ella asintió.

—Se llama Michonne. Fue ella quien mantuvo a Daryl y a Lenn a salvo. Quiere unirse a nosotros. Creo que nos será muy útil.

—Ya hablaremos de esto. Los caminantes no pueden entrar —estableció Diana antes de girarse y dirigirse hacia su casa. Yo miré a Michonne.

—Puedes dejarlos aquí ata... —estaba diciendo cuando Michonne le cortó la cabeza a los dos caminantes y cogió sus mochilas —O también puedes hacer eso. Claro —susurré.

— ¿Entramos? – preguntó Daryl.

—Claro, vamos.

Guie a Daryl y a Lenn hasta la enfermería y ayudé a Daryl a que se tumbara en la camilla.

—Pasaré dentro de un rato a ver cómo vas, ¿de acuerdo? —le dije, acariciándole la mano.

—Vale. —me contestó con una pequeña sonrisa.

—Voy a explicarle todo a Michonne. Te prometo que no tardaré mucho.

—Tranquila, es tu deber. Ve —dijo poniendo su otra mano sobre la mía. Yo le sonreí y le di un beso en la frente antes de sonreírle y dirigirme a Lenn.

—Ahora vendrán Paul y Denise a curarte, ¿vale cariño? Pórtate bien y se valiente. Te quiero. Nos vemos luego —Lenn asintió y me dio un abrazo antes de que yo saliera de la enfermería. Justo al salir me encontré a Denise y a Paul, que se dirigían con prisa hacia mí.

—¿Qué ha pasado? ¿Estáis bien? —me preguntó Paul abrazándome. Yo me separé de él y le dediqué una sonrisa, asintiendo.

—Daryl y Lenn están dentro. Han tenido un accidente con la moto y están heridos. Necesitan que les atendáis.

—Dicho y hecho. Vamos Paul. —dijo Denise entrando a la enfermería. Paul se quedó fuera.

—¿Seguro que estás bien? —me preguntó.

—Sí, tranquilo – le respondí –. Asegúrate de que Daryl y Lenn están bien, por favor. Hablamos más tarde. —Paul asintió y me despedí de él con un beso en la mejilla.

Me uní a Michonne y al resto y procedimos a enseñarle la comunidad.

—Actualmente nos quedan tres casas vacías, así que puedes escoger la que prefieras. Aunque también puedes quedarte con alguno de nosotros si así te sientes más segura —le propuse.

—Sí... creo que prefiero quedarme con vosotros, si es posible. Llevo demasiado tiempo sola y no me vendría mal algo de compañía —contestó.

—Claro. Ven, te enseñaré nuestra casa. Vosotros podéis iros. Gracias. —me despedí de Andrea y de Abraham y pusimos rumbo a nuestro hogar. Una vez delante, Michonne se dirigió al patio y se apoyó en la valla, observando a los caballos —Son preciosos, ¿verdad?

—Lo son —dijo admirándolos —. Llevaba muchísimo tiempo sin ver ningún animal. Y te confieso que verte con el perro hizo que me llegara un rayito de esperanza.

—¿Qué clase de esperanza? –pregunté, curiosa.

—La esperanza de que este no será nuestro final. El de la raza humana, quiero decir.